Reflexiones Bíblicas

San Mateo 18,15-20

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

 

San Mateo 18,15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano.

Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos."

COMENTARIOS

En este pasaje evangélico se nos muestra una realidad que sucede a diario en nuestras iglesias y en la vida en general. La dificultad que resulta de la relación entre seres humanos es algo a lo que no podemos escapar. Entablar relación con otra persona implica que son dos mentes distintas las que se encuentran, y de eso resulta muchas veces un choque de mentalidades que caen en el conflicto. Pero el problema no es el conflicto "en sí", porque somos seres en conflicto permanente. Lo importante aquí, y lo resalta el evangelio de este día, es cómo manejar ese conflicto. Se nos dan valiosas pautas pedagógicas que se ajustan a la realidad de toda persona. En primer lugar, reprender al hermano que se equivoca, llamarle la atención e invitarlo a cambiar de actitud. Si no presta atención, llamar a uno o dos testigos, para que también le reprendan. Si no es posible conseguir la conversión, invitar a la comunidad (iglesia) para que también interceda ante ese hermano confundido. Y si tampoco resulta el cambio, tratarlo como un pagano, es decir, considerarlo como una persona que no ama la comunión eclesial y, por lo tanto, no quiere el cambio para su propio bien y el de la comunidad. Evitemos caer sin mayor reflexión en este tipo de actitud negativa, que puede perjudicar a la comunidad eclesial a la que pertenecemos, y busquemos siempre el bien común.

 

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