Reflexiones Bíblicas

San Lucas 4,38-44

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio:  

San Lucas 4,38-44

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se puso a servirles.

Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios." Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese. Pero él les dijo: "También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado." Y predicaba en las sinagogas de Judea.

COMENTARIOS

Jesús se dirige a la casa de Pedro, que probablemente era su casa en Cafarnaún. La enfermedad de la suegra convocó la solidaridad de toda la comunidad, al punto que "le suplicaban que hiciera algo por ella". Los males de las personas deben ser siempre preocupación de la comunidad. En tiempos de Jesús, los judíos relacionaban la enfermedad con la presencia de espíritus malignos. Por esto, más que una curación estamos ante un exorcismo. La ternura de Jesús, que se inclina sobre la mujer, precede a la fuerza de su palabra que increpa al mal de la fiebre para que salga de ella. La ternura y la fuerza de Jesús actúan de inmediato, y la mujer, enferma por los males de una sociedad que la discrimina y la excluye socialmente, se levanta y se pone al servicio del proyecto de Jesús. En seguida la gente quiere retener a Jesús sólo por su función milagrera, sin caer en la cuenta de que para Él los milagros son un signo de solidaridad con los excluidos y sólo una parte de la Buena Nueva del reino. Jesús se escapa porque no quiere fomentar una fe que sólo se reduce a los milagros. El quiere que esos signos sirvan para que la gente aumente su fe en el Dios de la vida y asuman su responsabilidad de ser parte fundamental del proyecto de Dios.