Reflexiones Bíblicas

San Lucas 14,1-6

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

 

 San Lucas 14,1-6

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Se encontró delante un hombre enfermo de hidropesía y, dirigiéndose a los maestros de la Ley y fariseos, preguntó: "¿Es lícito curar los sábados, o no?" Ellos se quedaron callados. Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió. Y a ellos les dijo: "Si a uno de vosotros se le cae al pozo el hijo o el buey, ¿no lo saca en seguida, aunque sea sábado?" Y se quedaron sin respuesta.

COMENTARIOS

        Los convidados a este festín sabático están encarnados por un «hidrópico»:  Los focos del escenario se concentran sobre este hombre que, de pronto, se encuentra «delante de» Jesús: es la trampa que le han tendido los fariseos para que caiga en ella.

        El hombre hidrópico es una caricatura del pueblo subyugado. Toda enseñanza que no «alimenta», aliena y oprime: la enseñanza de Jesús restaura la persona humana restituyéndole la capacidad de asimilar por sí misma los contenidos que le propone.

        A pesar de la estricta prohibición contenida en el reposo sabático, Jesús libera al hombre enfermo de hidropesía, o lo que viene a ser lo mismo, saltándose la Ley a la torera, cura al hombre y lo despide (14,4b). Ante la disyuntiva «buey-asno» - «hombre», «sus adversarios, «se callaron» (14,4a), «se quedaron sin respuesta» (14,6). Toda institución tiende a erigirse en fin por sí misma y a subyugar a las personas imponiendo más y más leyes. Para Jesús todo tiene que ponerse al servicio del hombre, ya que Éste es «señor del sábado».