Reflexiones Bíblicas

San Lucas 15,1-10

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

 

San Lucas 15,1-10

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: "Ése acoge a los pecadores y come con ellos." Jesús les dijo esta parábola: "Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido." Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles "¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido." Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta."

COMENTARIOS

«¡Quien tenga oídos para oír, que escuche!» (14,35a): así concluía el primer cuadro, una invitación a aceptar sin condiciones el magisterio de Jesús. En el segundo cuadro (15,1-32) se constata la reacción del auditorio: «Se le iban acercando todos los recaudadores y descreídos para escucharlo; por eso tanto los fariseos como los letrados se pusieron a murmurar diciendo:

"Este acoge a los descreídos y come con ellos"» (15,1-2). Los proscritos por la sociedad teocrática, atraídos por los planteamientos radicales de Jesús, reaccionan en masa y aceptan sus condiciones. Son los que han hecho ya la experiencia de la marginación..., insatisfechos por la vida que llevaban dentro de aquella sociedad religiosa. Jesús habla un lenguaje distinto y, sobre todo, muestra hacia ellos una actitud abierta, compartiendo su situación. La flor y nata de la religiosidad judía reacciona haciendo aspavientos, porque «acoge a los descreídos», rompiendo con el apartheid religioso, y «come» con ellos, sin importarle su mentalidad arreligiosa. «Comer» comporta participar de una misma manera de pensar, crea comunidad.