Reflexiones Bíblicas

San Lucas 19, 45-48

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

 

San Lucas 19, 45-48

En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: "Escrito está: "Mi casa es casa de oración"; pero vosotros la habéis convertido en una "cueva de bandidos"." Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios.

COMENTARIOS

Los profetas de Israel lucharon para que el culto en el Templo de Jerusalén no fuese sólo una práctica desencarnada. El hecho de que Jesús expulse del Templo a los vendedores de ovejas y palomas se enmarca dentro de la tradición de los profetas. El Templo es un lugar de encuentro con Dios, y no una cueva de asaltantes, es decir, un lugar donde se comercia con los diezmos y la fe de los pobres. Expulsar a los mercaderes del Templo es un llamado al verdadero culto en justicia y misericordia, que es el que quiere Dios, y no un culto al dinero. Para sus contemporáneos esta postura de Jesús constituyó un desafío a las costumbres establecidas, e incluso al Estado mismo, por lo que buscaban matarlo.
El evangelio nos invita en el día de hoy a llenarnos de celo y energía por el reino de Dios, y a ser capaces de poner de manifiesto las contradicciones que existen tanto en nuestra vida como en la sociedad en que vivimos. No todo es reino de Dios en nuestra vida eclesial; incluso muchas cosas están en contradicción con Él. Hacia esos obstáculos que no nos dejan ver más claramente el reino de Dios debemos dirigir nuestra atención y nuestra acción testimonial.