Reflexiones Bíblicas

San Mateo 21,23-27

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio:  

San Mateo 21,23-27

En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle: "¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?" Jesús les replicó: "Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venia, del cielo o de los hombres?" Ellos se pusieron a deliberar: "Si decimos "del cielo", nos dirá: "¿Por qué no le habéis creído?" Si le decimos "de los hombres", tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta." Y respondieron a Jesús: "No sabemos." Él, por su parte, les dijo: "Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto."

COMENTARIOS

Toda criatura existe para dar testimonio de Dios, puesto que toda criatura es como una prueba de su bondad. La grandeza de la creación da testimonio, a su manera, de la fuerza y el poder omnipotente de Dios, y su belleza da testimonio de la divina sabiduría. Ciertos hombres reciben de Dios una misión especial: dan testimonio de Dios no tan sólo desde el punto de vista natural, por el hecho de existir, sino más bien de manera espiritual, a través de sus buenas obras... Sin embargo, los que no se contentan con sólo recibir los dones divinos y actuar de manera conforme a la gracia de Dios sino que comunican sus dones a otros a través de la palabra, dándoles ánimos y exhortándolos, éstos son, de manera más especial aún, testigos de Dios. Juan es uno de estos testigos; vino a difundir los dones de Dios y anunciar sus alabanzas.

Esta misión de Juan, su papel de testigo es de una grandeza incomparable porque nadie puede dar testimonio de una realidad más que en la medida en que partidipa de ella. Jesús dijo: «Hablamos de lo que sabemos y damos terstimonio de lo que hemos visto» (Jn 3,11). Ser testigo de la verdad divina supone conocer esta verdad. Por eso, Cristo tuvo también este papel de testigo: «Para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para ser testigo de la verdad» (Jn 18,37). Pero Cristo y Juan tenían papeles diferentes. Cristo poseía esta luz en sí mismo; más aún, Él era esta luz; mientras que Juan tan sólo participaba de ella. Cristo dio un testimonio completo porque manifestó perfectamente la verdad. Juan y los demás santos no lo hacen sino en la medida en que reciben esta verdad.

Misión sublime la de Juan: implica su participación en la luz de Dios y su semejanza con Cristo que también llevó a cabo esta misión.

Santo Tomás de Aquino