Reflexiones Bíblicas

San Lucas 5,12-16

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio:  

San Lucas 5,12-16

Una vez, estando Jesús en un pueblo, se presentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús cayó rostro a tierra y le suplicó: "Señor, si quieres puedes limpiarme." Y Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: "Quiero, queda limpio." Y en seguida le dejó la lepra. Jesús le recomendó que no lo dijera a nadie, y añadió: "Ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés para que les conste."

Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírle y a que los curara de sus enfermedades. Pero él solía retirarse a despoblado para orar.

COMENTARIOS

El Evangelio coloca frente a nuestros ojos, a un nuevo sujeto violentado por la marginación y la exclusión. Esta vez es un leproso, considerados los pobres entre los pobres en la sociedad del tiempo de Jesús. Los leprosos van en busca de Jesús, para recibir de Él, elementos de vida y sentirse amados por Dios. No había una mayor marginación para los creyentes de aquel tiempo, que sentirse abandonados por Dios mismo. Jesús logra presentar una nueva idea del Dios liberador y con su acción, demuestra de parte de quien está Dios en la historia.

Jesús, logra vencer los esquemas de pureza ritual en los que se había formado como miembro del pueblo judío y de la religión de sus padres. Y al entrar en contacto con un leproso, sabe que para sus conciudadanos, ya Él ha entrado en impureza ritual. Pero eso no le atormenta. Avanza y deja bien claro, que si Dios tiene sentido en la historia, es para restituir la vida de los que están signados por la muerte, el abandono y la injusticia. Jesús se manifiesta solidario con aquel hombre. Pero siempre con su corazón centrado en su Padre Dios, cuya ternura compasiva viene a revelar.