Reflexiones Bíblicas

San Marcos 7,1-13

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio:  

 

San Marcos 7,1-13

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)

Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: "¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?" Él les contestó: "Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres."

Y añadió: "Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: "Honra a tu padre y a tu madre" y "el que maldiga a su padre o a su madre tiene pena de muerte"; en cambio, vosotros decís: Si uno le dice a su padre o a su madre: "Los bienes con que podría ayudarte los ofrezco al templo", ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os trasmitís; y como éstas hacéis muchas."

COMENTARIOS

Hoy nos encontramos con dos clases de personas: Jesús, un hombre libre y liberador, y algunos fariseos y maestros de la ley que critican la conducta de los discípulos de Jesús. Estamos ante una polémica de la época de Jesús, pero también de nuestros días. En ese momento ellos consideran que "guardar las tradiciones de los mayores" acerca más a Dios. Jesús, en cambio, propone algo más importante y esencial

Jesús enseña que para estar más cerca de Dios es necesario convertirse y seguirlo de corazón. El mandamiento del amor a Dios está por encima de los afectos familiares y la economía del templo. Enfatiza el compromiso por la vida. Jesús propone una mirada más alta: Ir más allá del lavarse las manos y llegar a amar y comprometerse. Por eso denuncia la hipocresía y la falsedad de las prácticas farisaicas.

Jesús denuncia las prácticas religiosas, enseñando cuál es el mandato claro de Dios y lo que Él quiere, su voluntad. Podríamos decir que nos muestra un rostro nuevo de Dios. Jesús se nos revela libre, nos da la paz y la libertad. El Dios de Jesús y el Dios nuestro es un Dios de libertad, de vida, de justicia, de amor.

Hoy, Señor, te damos gracias por tu palabra sincera y valiente. Gracias porque nos has dicho que prefieres una religión de amor y de libertad.