Reflexiones Bíblicas

Ascensión del Señor, Ciclo B

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

Hch.1,1-11: Efesios 1,17-23: Mc.16,15-20:

HECHOS. El autor, Lucas, no busca tanto retratar un acontecimiento, cuanto interpretarlo. No le interesa tanto narrar cómo ocurrió, como decirnos qué paso realmente en aquello que sucedió. Y lo hace empleando conscientemente un lenguaje simbólico; pues de otro modo le resultaría imposible.

La ascensión supone la culminación de la resurrección. Jesús no fue devuelto a la vida para continuar como antes, sino para llevar su existencia a plenitud; algo que sólo es posible junto al Padre. La ascensión representa la marcha, el paso de Jesús de este mundo al Padre.

En su ascensión al Padre se menciona una nube, que lo oculta de cuantos lo contemplan. Como es sabido, la nube es símbolo en la Biblia de la presencia de Dios. Esta nube vela y desvela el misterio de Jesús como Mesías. Por una parte, lo esconde de la mirada de sus perplejos discípulos, dando a entender que ya no está aquí. Y por otra revela su verdadero destino: está en Dios, ha vuelto con su Padre.

Jesús participa ahora de la gloria del Padre. No sólo ha vuelto a la vida, venciendo a la muerte, sino que, además, Dios lo ha llevado a su lado.

La marcha de Jesús no significa que se haya desentendido de sus seguidores y discípulos. Antes de su partida les ha instruido convenientemente y les ha preparado para lo que pronto va a suceder, es decir, para la llegada sobre ellos del Espíritu Santo. El Espíritu hará presente, de un modo misterioso pero real, una nueva presencia de Jesús entre los suyos.

EVANGELIO. Jesús aparece con la autoridad del Kyrios, que va a entrar en la gloria celestial para siempre y antes de hacerlo da las últimas instrucciones al grupo de los Once. Instrucciones, que empiezan con un mandato apremiante a la misión.

El mandato del Kyrios conlleva dos acciones prioritarias: ayudar a creer y administrar el bautismo. El Kyrios también lanza una seria advertencia, que nos puede sonar dura, pero que en el fondo depende de la responsabilidad humana. Los creyentes serán revestidos con un serie de signos prodigiosos que ayudarán a extender la buena noticia de la salvación. La amenaza está pronunciada para aquellos que siendo conscientes de la salvación ofrecida, en cambio libremente se cierran al amor divino, manifestado en Cristo.