Reflexiones Bíblicas

XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

Isaías 5,1-7

Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña. Mi amigo tenía una viña en fértil collado. La entrecavó, la descantó, y plantó buenas cepas; construyó en medio una atalaya y cavó un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio agrazones. Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña. ¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? ¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones? Pues ahora os diré a vosotros lo que voy a hacer con mi viña: quitar su valla para que sirva de pasto, derruir su tapia para que la pisoteen. La dejaré arrasada: no la podarán ni la escardarán, crecerán zarzas y cardos; prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.

La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel; son los hombres de Judá su plantel preferido. Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos.

Salmo responsorial: 79

 

R/La viña del Señor es la casa de Israel.

Sacaste una vid de Egipto, / expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste. / Extendió sus sarmientos hasta el mar, / y sus brotes hasta el Gran Río. R.

¿Por qué has derribado su cerca / para que la saqueen los viandantes, / la pisoteen los jabalíes / y se la coman las alimañas? R.

Dios de los ejércitos, vuélvete: / mira desde el cielo, fíjate, / ven a visitar tu viña, / la cepa que tu diestra plantó, / y que túhiciste vigorosa. R.

No nos alejaremos de ti: / danos vida, para que invoquemos tu nombre. / Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos, / que brille tu rostro y nos salve. R.

Filipenses 4,6-9

 

Hermanos: Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta. Y lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, ponedlo por obra. Y el Dios de la paz estará con vosotros.

Mateo 21,33-43

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo: "Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?" Le contestaron: "Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos." Y Jesús les dice: "¿No habéis leído nunca en la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos."

 

COMENTARIOS

 

ISAÍAS. El empleo de la imagen de la viña como símbolo de Israel es frecuente en el A.T. Quienes escuchan al profeta deben pronunciarse ante la pregunta que les hace: ¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? ¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones? Se trata de preguntas retóricas; de hecho el profeta no espera respuestas, porque no las hay; o más bien, las hay y son muy claras. Lo que hizo el viñador fue más que suficiente, pero las cepas eran malas; merecen ser arrancadas, amontonadas y quemadas; para poner en su lugar otras que sí den buen fruto al esforzado labrador. Estas vides representan al pueblo elegido, del que Dios no ha obtenido el fruto que de sus constantes desvelos esperaba conseguir.

Isaías echa en cara a su pueblo que lo que Dios esperaba de ellos era justicia y derecho; pero en cambio no ha obtenido sino asesinatos y lamentos. A Dios no se le satisface con el culto, sino con la justicia. Aquél sin ésta le resultan vacíos y ofensivos (cf Is 1,10ss).

 

EVANGELIO. La parábola tiene múltiples lecturas para nosotros.

1) La viña, desde luego, recoge en síntesis la historia de Israel pero aquí, sobre todo, busca desenmascarar a los guías del pueblo; siendo los encargados de cultivar, hacer fructificar y compartir la producción se saltan el plan concertado y trabajan en beneficio propio como si la viña fuera una propiedad privada.

2) La viña es nuestro mundo. El proyecto de Dios de una creación para todos se ve frustrado en gran medida. Es la frustración del proyecto de Dios de hacer de nuestro mundo casa común. Es la malversación de la creación, patrimonio de la humanidad. Es la frustración de las expectativas de hacer de la humanidad un espacio de diálogo y encuentro. Es la frustración de las expectativas de Dios de hacer de nuestro mundo mesa común.

3) La viña es también la iglesia, el proyecto de Jesús de hacer de la comunidad un espacio donde se ensaya y hace presente el Reino de Dios. Es la frustración de las expectativas de Jesús cuando la comunidad cristiana no es lugar de paz, de justicia y de verdad. Es la frustración de las expectativas de Jesús cuando la iglesia se empeña más en poseer verdades, poderes y seguridad que en producir frutos de libertad, de amor, de perdón, de cercanía, de misericordia. Es la frustración de Jesús cuando deja de ser anunciadora de la buena noticia y cae en la tentación de pensar que ella misma es el Reino.

4) La viña del Señor somos también cada uno de nosotros; viña y cepa. El proyecto de relación personal de Dios con cada uno. El canto de la viña es la historia del amor de Dios frustrado en mí: cristiano sin talante, sin convicción, sin esperanza, sin horizonte de futuro, derrotado por un mundo que me parece insuperable, o incapaz de descubrir y reconocer más allá de mi contorno "todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable".

- ¿Me dejo interpelar por Jesús?

- ¿Me comporto con mentalidad de propietario de la creación, o del evangelio?

- ¿Estoy convencido de que Jesús, el hijo enviado, es la base más firme para construirme como persona, libre y responsable?