Reflexiones Bíblicas

XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

Proverbios 31,10-13.19-20.30-31

Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma de rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la que teme al Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.

Salmo responsorial: 127

R/Dichoso el que teme al Señor.

Dichoso el que teme al Señor / y sigue sus caminos. / Comerás del fruto de tu trabajo, / serás dichoso, te irá bien. R.

Tu mujer, como parra fecunda, / en medio de tu casa; / tus hijos, como renuevos de olivo, / alrededor de tu mesa. R.

Ésta es la bendición del hombre / que teme al Señor. / Que el Señor te bendiga desde Sión, / que veas la prosperidad de Jerusalén / todos los días de tu vida. R.


1Tesalonicenses 5,1-6

En lo referente al tiempo y las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: "Paz y seguridad", entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.

Mateo 25,14-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno; a cada cual según su capacidad; luego se marchó. [El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.]

Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."

[Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.""]


COMENTARIOS

PROVERBIOS. La lectura de hoy, elegida por la relación que puede establecerse con el texto evangélico, centra su atención en el afán que una mujer pone en el cuidado de su familia. Este pasaje nos ayuda a comprender algunas ideas que son constantes en la tradición bíblica y de las que podemos afirmar, con claridad, que pertenecen a la Verdad revelada.

Frente al siervo holgazán del evangelio, la protagonista de nuestro texto destaca por su laboriosidad y dedicación.

El trabajo y la dedicación de esta mujer atraen para la familia "ganancias y no pérdidas, todos los días de su vida". No hay descanso en su labor; se afana en todo momento por hacer muchas cosas y hacerlas bien. No descuida ni los mínimos detalles. Pero falta aún una grandeza más que ahora se descubre. Es sensible no sólo a las necesidades de su familia, sino también a los demás: "abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre". No podía faltar en un texto bíblico esta cualidad del sabio o de la mujer modélica. Ante Dios, no hay nada más valioso que la generosidad y la solicitud por los necesitados. Esta es la virtud que más y mejor adorna la cabeza de sus fieles servidores.


EVANGELIO. El significado religioso de la comparación propuesta por Jesús es: el señor representa a Dios; los empleados somos los hombres, de manera especial los discípulos. El relato describe entonces la relación existente entre Dios, que otorga graciosamente sus dones a los humanos y les invita a activarlos, remunerando con justicia y equidad; y los hombres, que reciben los dones divinos, no para enterrarlos, sino para activarlos, siendo aceptados o rechazados de acuerdo con el comportamiento mantenido en la negociación de lo encomendado. Los denarios hacen referencia a los dones y las habilidades de toda clase que Dios otorga a cada hombre para que los ejercite en su vida y no los deje improductivos.

Se nos pide que practiquemos la justicia y las obras de misericordia, que nos ejercitemos en la puesta en práctica del mandamiento del amor, pero cada uno está obligado a esforzarse en obrar de acuerdo con las aptitudes que le han sido concedidas. Todo se decide en el activar o no activar las habilidades personales recibidas.