Reflexiones Bíblicas

Solemnidad. Inmaculada Concepción de María

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

Génesis 3,9-15.20

Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: "¿Dónde estás?" Él contestó: "Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí." El Señor le replicó: "¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?" Adán respondió: "La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí." El Señor dijo a la mujer: "¿Qué es lo que has hecho?" Ella respondió: "La serpiente me engañó, y comí." El Señor Dios dijo a la serpiente: "Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón."

El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

Salmo responsorial: 97

R/Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

Cantad al Señor un cántico nuevo, / porque ha hecho maravillas: / su diestra le ha dado la victoria, / su santo brazo. R.

El Señor da a conocer su victoria, / revela a las naciones su justicia: / se acordó de su misericordia y su fidelidad / en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado / la victoria de nuestro Dios. / Aclama al Señor, tierra entera; / gritad, vitoread, tocad. R.

Efesios 1,3-6.11-12

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.

Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria.

Lucas 1,26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin." Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible." María contestó: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y la dejó el ángel.

COMENTARIOS

GÉNESIS. En nuestro texto nos encontramos con las consecuencias producidas cuando el hombre se deja seducir y se desliga de Dios. Adán, el hombre, que estaba hecho para vivir en las manos de Dios, se encuentra desnudo al alejarse de él; pero se trata de una desnudez interior que no puede cubrir el tejido de unas hojas de higuera. Cuando el hombre se aleja de Dios todo pasa a ser hostil: la mujer, la naturaleza, Dios mismo. A partir de ahí, lo ocurrido en el corazón del hombre sale al mundo exterior en el que el hombre se mueve y la maldición se extiende y se multiplica. Ahora uno no sabría decir qué fue primero si "el huevo o la gallina".

Sin embargo, la maldición no es la última palabra, ni la más original, ni la más verdadera. Antes que seducido, el hombre es imagen de Dios, y en su propia entraña y condición está la capacidad de combatir la maldición, la de su corazón y la que ha salido fuera: "ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón"; la misma postura de los contendientes deja ya entrever la victoria final del hombre. De hecho el extenderse de la maldición, cuyo tema se desarrolla a lo largo de estos once primeros capítulos del Génesis, termina en la promesa de bendición desde dentro, a través de un hombre concreto, Abrahán, que da comienzo a una historia, la historia de la salvación.

EVANGELIO. Las obras más grandes de Dios se realizan en silencio. Ha llegado la plenitud de los tiempos, el tiempo mesiánico. Y sus signos son: sencillez, alegría, humildad y entrega. En la Anunciación, María tiene un rol relevante, y responde conmovida, pero sin miedo, "yo soy la servidora del Señor". Así, con la fe de María, comienza la nueva alianza. Ella es elegida para ser signo de la presencia de Dios. Llevará en su ser al Salvador. Ante la propuesta del ángel María sólo obedece, con una entrega y abandono absolutos.

Sólo le preocupa una cosa: "yo soy virgen". Entonces el ángel le despeja todas las dudas, a ella y a nosotros: "para Dios nada es imposible". Dios no necesitaba una servidora para dar a su Hijo un cuerpo humano, sino que, en su inmenso amor a la humanidad, le buscó una madre, y para que María fuera esa madre, necesariamente Dios la tuvo que mirar con amor, antes que a cualquier otra criatura. Por eso se le dijo y se le dirá siempre "llena de gracia".

María, la primera discípula y misionera, estuvo acompañando a Jesús en todo momento, incluso hasta su muerte. Por eso la veneramos, la respetamos y la queremos.