Reflexiones Bíblicas

Domingo XXIX del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

Isaías 53, 10-11

El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prologará sus años Lo que el Señor quiere prosperará por su mano Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.

Salmo responsorial: 32

R/Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. Que la palabra del Señor es sincera, / y todas sus acciones son leales; / él ama la justicia y el derecho, / y su misericordia llena la tierra. R. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, / en los que esperan su misericordia, / para librar sus vidas de la muerte / y reanimarlos en tiempo de hambre. R. Nosotros aguardamos al Señor: / él es nuestro auxilio y escudo. / Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, / como lo esperamos de ti. R.

Hebreos 4, 14-16

Hermanos: Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

Marcos 10, 35-45

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos del Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: "Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir." Les preguntó:- "¿Qué queréis que haga por vosotros?" Contestaron: "Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda." Jesús replico: "No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?" Contestaron /: "Lo somos" "Jesús les dijo: "El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado." Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniendolos, les dijo: "Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos."

COMENTARIOS

HEBREOS. Al presentar a Jesús como el glorificado a la derecha de Dios nos recuerda que Él es el único digno de fe. Él no ha roto su vínculo con nosotros; sigue siendo nuestro hermano, porque Él ha obtenido la gloria participando de todas las vicisitudes de los hombres; por lo que ha adquirido su segunda cualidad como sacerdote: es capaz de compadecerse de nosotros. Lejos de abrir un foso entre nosotros y Cristo, nuestras pruebas y debilidades se han convertido en el lugar privilegiado de nuestro encuentro con Él y con Dios mismo. Gracias a Él el trono de la gloria, inaccesible para nosotros, se ha convertido en trono de gracia y de perdón; al que podemos y debemos acercarnos con plena confianza.

MARCOS. Hoy, Jesús nos transmite lo que constituye la forma básica de ejercer la verdadera autoridad, alejada de todo intento de dominio o poder de unos sobre otros.

Porque el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida por todos. En esta formulación encontramos la clave para entender por dentro la identidad profunda de Jesús y, al mismo tiempo, para descubrir las intenciones más íntimas que conforman toda su existencia. Si la cuestión central del evangelio es quién es Jesús y qué propósitos le mueven, en las palabras citadas se nos desvela cómo Jesús se entiende a sí mismo y cómo orienta su propia vida.

Cuando observamos con detenimiento su actuación pública, nos percatamos que Jesús adopta una actitud de entrega incondicional a su pueblo, que produce admiración y asombro. Acompañado de sus seguidores, y en ocasiones ayudado también por ellos , se pone al entero servicio de los enfermos, de los pecadores y de los pequeños.

Gasta su vida en beneficio de los demás, curando, perdonando, enseñando y reuniendo en fraternidad, volcado siempre en las necesidades ajenas y sin reparar en las propias. Con sus palabras, hechos y signos va descubriendo un nuevo rostro del Padre de los cielos y una nueva forma de relación entre los humanos; invita a sus oyentes y acompañantes a transformarse por dentro y a volcarse en la práctica del mandamiento primero: el amor a Dios y al prójimo.

Una vida así, no podía acabar si no es de la manera que acabó: dándose por entero hasta la muerte como rescate por todos. De ellos tiene el mismo Jesús plena conciencia. Cuando alguien toma en serio a los demás y se somete a su incondicional disposición acaba entregando la propia vida por ellos. Y Jesús se dedicó a todos hasta el último suspiro. Ese fue el legado y el ejemplo del Hijo del Hombre, ese don bendito de persona, que Dios concedió a la humanidad caída, para enseñarnos a amar como hombres nuevos.

Para Marcos no existe otra manera de verificar el discipulado que compartiendo el estilo de vida del Maestro y estando dispuestos a seguir sus intereses y a proseguir su causa en el tiempo (8,34). La comunidad reunida a su vera sólo fructifica cuando cada uno de sus componentes no pretende sobresalir por encima de los demás, abusando de un poder ilegítimo o imponiendo formas más o menos refinadas de dominio, sino que sirve y entrega su vida a fondo perdido como lo hizo su Señor, el ejemplo máximo para todos los suyos.