Reflexiones Bíblicas

Domingo III de Cuaresma, Ciclo C

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

Éxodo 3, 1-8a. 13-15


En aquellos días, Moisés pastoreaba el reba o de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el reba o trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios.
El ángel del Se or se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse.
Moisés se dijo:
-"Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza."
Viendo el Se or que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: "Moisés, Moisés."
Respondió él: "Aquí estoy."
Dijo Dios: "No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado."
Y a adió: "Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob."
Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios.
El Se or le dijo: "He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Voy a bajar a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra, para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel."
Moisés replicó a Dios: "Mira, yo iré a los israelitas y les diré: "El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros."
Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les respondo?"
Dios dijo a Moisés: ""Soy el que soy"; esto dirás a los israelitas: "'Yo-soy' me envía a vosotros"."
Dios a adió: "Esto dirás a los israelitas: "Yahvé (Él-es), Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Éste es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación"."

Salmo responsorial: 102

R/El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R. Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. R. El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos; enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel. R. El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles. R

1Corintios 10, 1-6. 10-12

No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar y todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo. Pero la mayoría de ellos no agradaron a Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto.
Estas cosas sucedieron en figura para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo hicieron aquéllos.
No protestéis, como protestaron algunos de ellos, y perecieron a manos del Exterminador.
Todo esto les sucedía como un ejemplo y fue escrito para escarmiento nuestro, a quienes nos ha tocado vivir en la última de las edades. Por lo tanto, el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga.

Lucas 13, 1-9

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilatos con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús contestó:
-"¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera."
Y les dijo esta parábola: "Uno tenía una higuera plantada en su vi a, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.
Dijo entonces al vi ador: "Ya ves: tres a os llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?
Pero el vi ador contestó: "Se or, déjala todavía este a o; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas"."

COMENTARIOS

ÉXODO. El pasaje del AT que hoy leemos en la primera lectura nos habla de la mirada sanadora de Dios, de esa oportunidad de vida que ofrece a todos, incluso a aquellos que viven, aparentemente, dejados de su mano.

La intención de nuestro texto es transmitir una enseñanza religiosa, basada en una experiencia de fe, vivida históricamente de generación en generación durante muchos a os. Y esta experiencia consiste en que Dios no abandona nunca a sus hijos, y mucho menos en las dificultades.

Si algo nos muestra la "historia sagrada" es que Dios no hace nada en nuestro favor sin contar con nosotros mismos. Salva a Israel de su "esclavitud" por medio de alguien que también era esclavo: Moisés. A él le salva primero (de una muerte segura por ahogamiento en el Nilo), para proponerle después un proyecto de salvación para todo el pueblo.

Dios, que es todopoderoso, parece no poder hacer nada si no encuentra a nadie que le preste su persona para llevar a cabo sus planes. Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza. Dios necesita siempre a alguien "que se acerque a mirar". Entonces podrá llamarlo. Pero si no se acerca no podrá proponerle nada.

LUCAS. Jesús nos enseña, en el texto de hoy a aprender a escuchar la voz de Dios en los acontecimientos de la historia. Es verdad que Dios habla, pero hay que aprender a escucharlo. Dios no nos dice que los muertos de esos acontecimientos drásticos eran pecadores, de hecho todos lo son. Lo que Dios nos dice es que por serlo, debemos convertirnos y dar frutos de conversión.

La vid y la higuera, representan en la Biblia, frecuentemente, al pueblo de Israel. Para que quede claro que se refiere a esto, el pasaje de la parábola nos habla de una higuera plantada en una viña. Pero en estos casos, el problema, con muchísima frecuencia son los frutos. ¿De qué sirve una higuera que no da frutos? El pueblo que Dios se ha preparado con tanto cariño, ¿cómo responde al cariño de Dios? El tiempo se acaba y la higuera puede ser cortada.

Vivimos en sociedades llamadas cristianas y "por los frutos se conoce el árbol". No bastan las palabras. De nada sirve una higuera estéril. Una higuera debe dar higos ya que para eso ha sido plantada. Un pueblo redimido por Cristo, debe edificar, con su vida (y con su muerte, si fuera necesario) un Reino que dé frutos de verdad, de justicia y de paz, de libertad, de vida y de esperanza....