Reflexiones Bíblicas
Conmemoración de los Fieles Difuntos, Ciclo C
Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J
INTRODUCCIÓN A LAS LECTURAS
Lamentaciones 3,17-26
Me han arrancado la paz
y ni me acuerdo de la dicha;
me digo: se me acabaron las fuerzas
y mi esperanza en el Señor.
Fíjate en mi aflicción
y en mi amargura,
en la hiel que me envenena;
no hago más
que pensar en ello
y estoy abatido.
Pero hay algo que traigo a la memoria
y me da esperanza:
que la misericordia del Señor
no termina
y no se acaba su compasión;
antes bien se renuevan cada mañana.
¡Qué
grande es tu fidelidad!
«El Señor
es mi lote», me digo,
y espero en él.
El Señor es bueno para los que en él
esperan
y lo buscan;
es bueno esperar en silencio
la salvación del Señor.
Salmo Responsorial: 129
R/"Del Señor viene la misericordia, la redención
copiosa."
Desde lo hondo a ti grito, Señor:
Señor,
escucha mi voz;
estén tus oídos
atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá
resistir?
Pero de ti procede el perdón
y así
infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más
que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor
viene la misericordia,
la redención
copiosa;
y él redimirá
a Israel
de todos sus delitos.
Romanos 6,3-9
Hermanos:
Los que por el Bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos incorporados a
su muerte.
Por el Bautismo fuimos sepultados con
él en la muerte, para que, así como Cristo fue
despertado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en una vida nueva.
[Porque, si nuestra existencia está
unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una
resurrección como la
suya.
Comprendamos que nuestra vieja condición
ha sido crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad
de pecadores y nosotros libres de la esclavitud al pecado; porque el que
muere ha quedado absuelto del pecado.]
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también
viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre
los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él.
Juan 14,1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- Que no tiemble vuestro corazón;
creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas
estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio?
Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que
donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis
el camino.
Tomás
le dice:
- Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo
podemos saber el camino?
Jesús
le responde:
- Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por
mí.
COMENTARIOS
Jesús es el camino que conduce al Padre. Pero, no se trata de una autopista que ya está terminada. Jesús es camino en la medida en que nosotros optamos por caminar por él y le permitimos que oriente nuestros pasos.
El camino de Jesús no es un vía trillada y aburrida. Por el contrario, el evangelio mismo nos muestra cuán difícil es seguirle el paso y aceptar que su sendero pasa irremediablemente por la cruz. Por esto muchas veces preferimos los caminos seguros, aunque por dentro anhelemos la incierta ruta del Espíritu.
El seguimiento de Jesús se nos plantea como un desafío para la vida cristiana. Durante muchos años hemos tenido en mente el modelo de la imitación. Hoy, el Señor nos llama a que le sigamos. Nuestro derrotero es el de la comunidad apostólica: mujeres y hombres que encontraron en Jesús un camino para el encuentro con Dios a través del hermano pobre y marginado.
Jesús fue un hombre itinerante. No se dejó atar a ritualismos estériles ni a leyes enredadas. Su Espíritu se elevó más allá de la muerte y se incrustó en nuestra historia como testimonio permanente de una vida en proceso de transformación. Esta manera de ver y vivir la vida cristiana nos lleva a aventurarnos más allá de los caminos trillados, de las autopistas conocidas, para arriesgarnos en el estrecho y escarpado sendero de la vida cristiana. El verdadero discípulo de Jesús sabe que “se hace camino al andar”.