Reflexiones Bíblicas

Domingo XXXII del Tiempo Ordinario, Ciclo C

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J 

 

 

INTRODUCCIÓN A LAS LECTURAS 

2Macabeos 7, 1-2. 9-14

En aquellos días, arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley.

Uno de ellos habló en nombre de los demás: "¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres."

El segundo, estando para morir, dijo: "Tú, malvado, nos arrancas la vida presente; pero, cuando hayamos muerto por su ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna."

Después se divertían con el tercero. Invitado a sacar la lengua, lo hizo en seguida, y alargó las manos con gran valor. Y habló dignamente: "De Dios las recibí, y por sus leyes las desprecio; espero recobrarlas del mismo Dios."

El rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los tormentos.

Cuando murió este, torturaron de modo semejante al cuarto. Y, cuando estaba para morir, dijo: "Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se espera que Dios mismo nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida."

Salmo responsorial: 16

R/Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.

Señor, escucha mi apelación, atiende a mis clamores, presta oído a mi suplica, que en mis labios no hay engaño. R.

Mis pies estuvieron firmes en tus caminos, y no vacilaron mis pasos. Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; inclina el oído y escucha mis palabras. R.

Guárdame como a las niñas de tus ojos, a la sombra de tus alas escóndeme. Yo con mi apelación vengo a tu presencia, y al despertar me saciaré de tu semblante. R.

2Tesalonicenses 2, 16-3, 5

Hermanos: Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente y una gran esperanza, os consuele internamente y os dé fuerza para toda clase de palabras y de obras buenas.

Por lo demás, hermanos, rezad por nosotros, para que la palabra de Dios siga el avance glorioso que comenzó entre vosotros, y para que nos libre de los hombres perversos y malvados, porque la fe no es de todos.

El Señor, que es fiel, os dará fuerzas y os librará del Maligno.

Por el Señor, estamos seguros de que ya cumplís y seguiréis cumpliendo todo lo que os hemos enseñado.

Que el Señor dirija vuestro corazón, para que améis a Dios y tengáis la constancia de Cristo.

Lucas 20, 27-38

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: "Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella."

Jesús les contestó: "En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección.

Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos."

COMENTARIOS

2MACABEOS. Estamos en Palestina, en torno a los años 175-160 a.C., en unos momentos en que se vive una fuerte agresión del mundo helenista sobre el judaísmo; no solo políticamente, sino, y sobre todo, desde el punto de vista cultural y religioso.

La persecución que se desata contra quienes se resisten a esta política llega al extremo del martirio. Creándose, a raíz de ello, un gravísimo problema de fe.

Quien es infiel a la ley de Dios se libra de los sufrimientos; en cambio, quien es leal al Señor, sufre todo tipo de vejaciones e incluso la muerte. La crisis que provoca esta persecución de los fieles hasta la muerte es grave, porque estos mártires mueren humillados y jóvenes, privados, pues, de honor y de una vida larga.

La fidelidad y la bendición de Dios para sus fieles no acaba en la muerte, la trasciende; y así, quienes entregan su vida por fidelidad a su ley, la recuperarán más adelante con una plenitud que recompensará abundantemente todos sus sufrimientos.

La esperanza en la resurrección entra en Israel de la mano de la convicción de que Dios, que es más fuerte que la muerte, dará a sus fieles una recompensa más allá de esta vida. Así, quienes hayan sufrido por ser fieles, encontrarán la felicidad plena en una vida junto a él.

LUCAS. El episodio tiene lugar ya en Jerusalén, y con toda claridad la controversia se centra en el hecho de la resurrección de los muertos.

Creer en la resurrección significaba dar una orientación a la vida personal y social bien diferente a los que rechazaban tal enseñanza. Con su pregunta capciosa, presentando un enrevesado e increíble caso a resolver, los saduceos no sólo buscaban desacreditar a Jesús, manteniéndose en su posición; también intentaban justificar una forma de vida, muy distanciada de la anunciada y testimoniada por el Nazareno.

El Dios por quien Jesús apuesta es el Dios vivo de la vida, que ama la vida y llama a la vida. La vida que crea nunca la aniquila, y mucho menos la vida humana, que tiene vocación de eternidad.

Los creyentes de hoy gozaremos de credibilidad en la medida que, imitando a Dios y siguiendo a Jesús, somos amigos de la vida y apostamos por ella, creando nuevas formas que ayuden a nuestros semejantes a tener vida en abundancia. Liberar de esclavitudes, que entorpecen la vida; desvivirse para que los hombres lleguen a gozar de una auténtica vida propia de las personas. Denunciar a los que tratan de acabar, de la forma que sea, con la vida, significa tanto como colaborar con Dios en la propagación de la obra de la salvación.