Reflexiones Bíblicas

Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario, Ciclo C

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J 

 

 

INTRODUCCIÓN A LAS LECTURAS 

Malaquías 3, 19-20a

Mirad que llega el día, ardiente como un horno: malvados y perversos serán la paja, y los quemaré el día que ha de venir -dice el Señor de los ejércitos-, y no quedará de ellos ni rama ni raíz. Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas.

Salmo responsorial: 97

R/El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

Tañed la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas, aclamad al Rey y Señor. R.

Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor, que llega para regir la tierra. R.

Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud. R.

2Tesalonicenses 3, 7-12

Hermanos: Ya sabéis cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie.

No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo que imitar.

Cuando vivimos con vosotros os lo mandarnos: el que no trabaja, que no coma.

Porque nos hemos enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada.

Pues a esos les mandamos y recomendamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan.

Lucas 21, 5-19

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: "Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido."

Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?"

Él contesto: "Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca; no vayáis tras ellos.

Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.

Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida."

Luego les dijo: "Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.

Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.

Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.

Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía.

Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas."

COMENTARIOS

MALAQUÍAS. La lectura de hoy recoge un texto brevísimo del libro de Malaquías, probablemente a mediados o finales del siglo V a.C.

Son momentos de crisis religiosa por desánimo y desconfianza, apatía y desinterés religiosos que conducen, como es normal, al desapego por el culto y al desencuentro entre ética y ley divina.

La imagen del fuego purificador es muy frecuente también en otros libros bíblicos, y tiene especial relevancia en la literatura apocalíptica respecto del juicio final.

LUCAS. Ante la pregunta de los discípulos, Jesús da una respuesta muy poco concreta: el final no vendrá en seguida. Importa más que conocer su fecha exacta, adoptar una actitud adecuada para esperarla. Siempre hay que encontrarse preparados ante la llegada del Señor.

Cada uno de nosotros está llamado a saber discernir el paso del Señor por los acontecimientos que presenciamos en nuestra vida ordinaria, social y personalmente, sin perder nunca la calma y sin dejar de confiar en el Padre Dios.

Jesús continúa siempre presente entre nosotros por medio del Espíritu. A través de Él nos dará palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario.

Jesús nos insta a perseverar en el bien, a resistir las tribulaciones que pueden acumularse en el discurrir de cada día y a ser testigos del Dios vivo en el mundo convulso que nos toca vivir.