Reflexiones Bíblicas

II Domingo de Adviento, Ciclo A

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J 

 

 

INTRODUCCIÓN A LAS LECTURAS 

Isaías 11,1-10

Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas.

Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastoreará. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará con la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de la ciencia del Señor, como las aguas colman el mar.

Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada.

Salmo responsorial: 71

R/Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente.

Dios mío, confía tu juicio al rey, / tu justicia al hijo de reyes, / para que rija a tu pueblo con justicia, / a tus humildes con rectitud. R.

Que en sus días florezca la justicia/ y la paz hasta que falte la luna; / que domine de mar a mar, / del Gran Río al confín de la tierra. R.

Él librará al pobre que clamaba, / al afligido que no tenía protector; / él se apiadará del pobre y del indigente, / y salvará la vida de los pobres. R.

Que su nombre sea eterno, / y su fama dure como el sol: / que él sea la bendición de todos los pueblos, / y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.

Romanos 15,4-9

Hermanos: Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así dice la Escritura: "Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre."

Mateo 3,1-12

Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: "Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos." Éste es el que anunció el profeta Isaías diciendo: "Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos." Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.

Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: "¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: "Abrahán es nuestro padre", pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga."

COMENTARIOS

ISAÍAS. La primera lectura describe un estado idílico, una manera nueva y distinta de relación de los hombres entre sí acompañado todo con un orden natural armónico en donde ni siquiera las fieras se ocuparán de enfrentarse unas con otras.

A partir de los anuncios de Isaías, la figura del Mesías va cobrando cada vez mayor fuerza, y ello hace presagiar tiempos nuevos y mejores. La descripción que hace el profeta sobre ese nuevo ambiente, esa nueva armonía entre los seres humanos y la creación será consecuencia de una mentalidad nueva y liberada. El Mesías se definirá por la liberación, una liberación que se entiende desde todos los ángulos, tanto en lo material como en lo espiritual. El Mesías deberá enfrentar esas dos fuerzas que describe el profeta valiéndose de la imagen de fieras depredadoras y de animales mansos. Llegará un momento en el que todos en conjunto con el hombre vivirán pacíficamente. Los absurdos enfrentamientos entre los hombres, las injustificables discriminaciones, los odios, el mismo negocio de la guerra tendrán que desaparecer ante la presencia del Mesías.

Los cambios son dolorosos y problemáticos; sin embargo, difícil no es sinónimo de imposible. Si en cada corazón se empieza a gestar la idea del cambio y la aspiración y el compromiso por un mundo nuevo y mejor, la tarea y misión del Mesías empezará a cobrar forma. Pero esto se tiene que ir haciendo a punta de renuncias a lo que nos encierra en nosotros mismos, a punta de esfuerzo personal y común, a punta de esperanza activa.

MATEO. En el evangelio nos encontramos con un Juan Bautista en plena actividad: tocando, con sus palabras y su estilo de vida, las fibras más íntimas de la sociedad de su tiempo. Juan encarna en su persona los clásicos profetas del Antiguo Testamento. El evangelio describe una figura casi extraña, para muchos vulgar por su vestimenta y su dieta alimentaria. Sus palabras resuenan desde el desierto, pero tienen impacto en la capital. Todo Israel escucha a Juan.

La propuesta de Juan es clara: no basta saber y proclamar que se es hijo de Abrahán; la conversión es estrictamente necesaria; no valen ni la apariencia ni la autosuficiencia. Aunque se crean árboles frondosos, lo mismo serán talados si no dan los frutos que la Palabra de Dios exige.

La exigencia de los frutos la comienza Juan con su bautismo de agua, punto de partida para disponerse al bautismo en el Espíritu que otorgará "el que viene detrás de mi" y al que Juan considera tan grande que no es digno de quitarle las sandalias. Sólo los que supieron captar el mensaje de Juan fueron capaces de intuir al menos algo de lo que Jesús propuso.

Este tiempo de Adviento es una oportunidad más que propicia para ponernos de cara a Jesús. La formación que Jesús brinda parte de su misma cuna, en la sencillez y en la pobreza como elementos esenciales para captar su mensaje y seguir su camino.