Reflexiones Bíblicas

La Sagrada Familia, Ciclo A

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J 

 

 

INTRODUCCIÓN A LAS LECTURAS 

Eclesiástico 3,2-6.12-14

Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre la prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos, y cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.

Salmo responsorial: 127

R/Dichoso el que teme al Señor / y sigue sus caminos. / Comerás del fruto de tu trabajo, / serás dichoso, te irá bien. R.

Tu mujer, como parra fecunda, / en medio de tu casa; / tus hijos, como renuevos de olivo, / alrededor de tu mesa. R.

Ésta es la bendición del hombre / que teme al Señor. / Que el Señor te bendiga desde Sión, / que veas la prosperidad de Jerusalén / todos los días de tu vida. R.

Colosenses 3,12-21

Hermanos: Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente.

Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.

Mateo 2,13-15.19-23

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo." José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: "Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto".

Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: "Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño." Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel. Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Y, avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno.

COMENTARIOS

ECLESIÁSTICO. En la lectura de hoy encontramos algunos rasgos de familia patriarcal que son verdaderamente constitutivos de la revelación divina, que manifiestan la voluntad de Dios sobre el modo de vivir y de configurarse las familias. En nuestro texto son: el respeto y el cuidado de los progenitores.

Aunque veintidós siglos nos separan de este pasaje, parece, sin embargo, que el autor estuviera viviendo entre nosotros. Él se encuentra ante unos hijos que, influidos por las nuevas modas sociales, sólo se fijan en la fuerza y la productividad de la juventud. En consecuencia, los mayores son orillados; sirven de poco o son una rémora para los nuevos tiempos.

El tradicional respeto a los ancianos en Israel es relacionado por el autor con los planes divinos, que siempre se han caracterizado por la preocupación por el más débil. De este modo, honrar a los padres se concreta en atenderles en su enfermedad o en su vejez, en especial cuando su mente ya flaquea y están, por ello, más desvalidos. Obrar así es hacerlo como Dios quiere; lo contrario sería ofender no sólo a los padres, sino también a Dios.

EVANGELIO. Estamos ante un texto singular por varios motivos. Sólo aquí, en todo el Nuevo Testamento, se recoge la noticia de que Jesús fue perseguido por Herodes el Grande (39-4 a. C.) y que José y María, en fidelidad al encargo divino, tuvieron que emigrar a Egipto, para poder salvar de las iras del sanguinario rey de los judíos al entrañable recién nacido. Flavio Josefo nos da buena cuenta de sus crímenes, incluso entre sus propios hijos y otros miembros estrechamente vinculados a él, por lo que no nos puede extrañar que quisiera acabar con Jesús, si estaba convencido que podía hacerle sombra. Singular también porque, según este texto, el establecimiento de la familia en Nazaret no se debió al hecho de que María y José vivieran ya allí, sino por el peligro que suponía permanecer en Belén, reinando en Judea Arquelao, uno de los muchos hijos de Herodes; hecho que tampoco aparece en el Nuevo Testamento.

Es precisamente en los momentos de dificultad cuando el amor se fortalece, crece la unión y se manifiesta la entrega y el compromiso mutuo. Vemos a José y a María desinstalándose para proteger la vida del niño. La fe y el amor mantienen unida a esta joven pareja y les fortalecen para afrontar los drásticos cambios por los que tuvieron que pasar.

La fiesta de hoy es una buena oportunidad para releer los momentos difíciles por los que hemos pasado o estamos atravesando, y permitir que el amor, la unidad y la fe nos fortalezcan y nos hagan redescubrir la fuerza de Dios que nos anima a seguir caminando.