Reflexiones Bíblicas
San Marcos 16,15-18

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos."

COMENTARIOS

La Palabra de Dios nos presenta el día de hoy en la primera lectura a una persona "grande": san Pablo, quien da testimonio apasionado de su proceso de conversión. Pasar de ser perseguidor de cristianos a evangelizador, es lo que constituye el verdadero milagro. Seguramente Pablo se dejó tocar en las fibras más íntimas de su ser y fue capaz de escuchar la voz de Dios. Se dejó seducir por la voluntad de Dios y asumió su responsabilidad por haber perseguido a quienes seguían al Resucitado.

El evangelio de Marcos se cierra con un relato de envío. Los discípulos, ya animados por el Resucitado, han de ser continuadores del trabajo emprendido por Jesús: dar a conocer y realizar el plan de Dios. La misión de los discípulos y de las primeras comunidades cristianas consistió en hacer realidad lo que habían aprendido con Jesús y convocar con su testimonio a otros que fueran capaces de aceptar la radicalidad del proyecto cristiano.

El cristianismo de los primeros días nos sigue interpelando a asumir con responsabilidad el compromiso misionero que aceptamos con el bautismo. Los cristianos no podemos quedarnos quietos o callar ante la pobreza y las injusticias que agobian a nuestros pueblos. En el evangelio y en san Pablo recibimos verdaderas lecciones de profetismo cristiano, que no es una tarea fácil; por el contrarío, trae como consecuencia adversidades, conflictos, persecuciones. Permitamos entonces que nuestra fe en Cristo resucitado se recree cada día con los nuevos llamados, los nuevos desafíos que la realidad nos presenta.