Reflexiones Bíblicas

San Marcos 12,1-12

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos: "Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. A su tiempo, envió un criado a los labradores, para percibir su tanto del fruto de la viña. Ellos lo agarraron, lo apalearon y lo despidieron con las manos vacías. Les envió otro criado; a éste lo insultaron y lo descalabraron. Envió a otro y lo mataron; y a otros muchos los apalearon o los mataron. Le quedaba uno, su hijo querido. Y lo envió el último, pensando que a su hijo lo respetarían. Pero los labradores se dijeron: "Éste es el heredero. Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia." Y, agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. ¿Que hará el dueño de la viña? Acabará con los ladrones y arrendará la viña a otros. ¿No habéis leído aquel texto: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"?" 

Intentaron echarle mano, porque veían que la parábola iba por ellos; pero temieron a la gente, y, dejándolo allí, se marcharon. 

COMENTARIOS

La parábola, o mejor, la alegoría de los viñadores homicidas, pone en evidencia las actitudes de las autoridades del pueblo Judío ante Jesús: rechazo, envidia, odio. Y esto porque la autoridad de Jesús se impone sobre ellos. El es el heredero, y Jesús es consciente de ello. El estilo de vida de Jesús, su extraordinaria coherencia de vida, su libertad interior, su sensibilidad ante el pueblo, su radicalismo, su amor y pasión por la verdad, su manera de ver las cosas, su experiencia única de Dios Padre, lo colocan en una situación de alta peligrosidad. Una persona así cae mal, crea división, envidias, rechazo y odio en aquellos que se creen importantes, y se sienten amenazados. San Juan lo diría de otro modo: "La Luz vino al mundo, pero los hombres prefirieron las tinieblas a la luz ". Este contraste (de luz y sombra) está bien planteado en el Evangelio de hoy. Se evidencia todavía más en que Jesús, la Luz del mundo, les echa en cara su hipocresía e incoherencia de vida (sus tinieblas). De este modo la historia de los viñadores homicidas sigue teniendo en nuestros días una palpitante actualidad. Es la historia de los mártires y profetas (que no amaron tanto la vida que temieran la muerte), la historia de los perseguidos a causa de justicia, de los que sufren y lloran ante un mundo violento e injusto. Todo aquel que sigue las huellas de Jesús, siguiendo un estilo de honradez, justicia, verdad, tarde o temprano experimentará la cruz, la persecución y la violencia, porque no puede pactar con estilos que distan del Reino de Dios y su justicia, y de este modo protagonizará y actualizará la página del Evangelio de hoy.