Reflexiones Bíblicas

Marcos 13, 24-32

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J



Cuando Marcos escribe el evangelio han ocurrido también acontecimientos dramáticos o decisivos: guerra judía y destrucción del templo de Jerusalén, la primera persecución, tal vez, de los cristianos en Roma. La comunidad cristiana está abatida y confusa; necesita saber; necesita una palabra que la oriente.
Marcos intenta darnos una visión de la caída de Jerusalén, ¿qué sentido hay que dar entonces a la visión del Hijo del hombre? (v. 26).
En realidad, la venida del Hijo del hombre sobre las nubes designa, en el Nuevo Testamento, la resurrección de Cristo y su entronización como Señor del mundo. La expresión "verán al Hijo del hombre" trae a la memoria el tema de la visión del resucitado en la fe.
La reunión, es una consecuencia del advenimiento del Hijo del hombre. En este versículo puede verse la acción misionera de la Iglesia que congrega en torno a ella a todas las naciones por mediación de los misioneros. Son numerosos los textos que insisten sobre esta función de la Iglesia tomando el relevo de la Jerusalén judía en su misión de reunir a las naciones.
Parece ser que Cristo ha empleado la imagen de la higuera verdeciente como signo de bendición y felicidad. Se puede creer que Cristo haya tomado este símbolo para anunciar el tiempo de la salvación: el reverdecimiento de la higuera significa el fin del invierno, la proximidad del verano y toda la renovación que promete.
"Cuando veáis suceder esto sabed que él está cerca".
Mirar las cosas y los acontecimientos en profundidad, desde Dios. A partir de las palabras de Jesús los creyentes nos atrevemos a mirar el presente "en estado de gestación ", de vida en desarrollo, que alcanzará su plenitud sólo en Dios. La imagen de la gestación habla de una vida que requiere cuidados, protección y que no excluye crisis y dolores.
No es tiempo de presagios, sino de atención al Señor. No es tiempo de despistes sino de fidelidad. No es tiempo de diásporas ideológicas o afectivas sino de concentración en el Sueño de Dios cuyo máximo exponente es Jesús.