Reflexiones Bíblicas

San Marcos 3, 20-21

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo volvió Jesús con sus discípulos a casa y se juntó tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales. 

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El evangelio de Marcos, después de una larga travesía, acompaña a Jesús de regreso a casa. Podríamos imaginar que le esperan algunos días de descanso, o unas tardes tranquilas con vecinos y familiares, pero de nuevo, se aglomera una gran muchedumbre, de modo que "no podían ni siquiera comer". Las necesidades eran tantas que Jesús y sus amigos se veían totalmente absorbidos por la atención a las personas que acudían a ellos. El servicio, cuando se hace desde el corazón, no respeta horarios, fechas o calendarios fijos; la medida la da la generosidad, cosa que puede parecer extraña en una sociedad mercantilista en la que el bien se cuantifica, se mide, donde el egoísmo y el cálculo son las actitudes predominantemente aceptadas.

"Está fuera de sí", "está loco": es la interpretación que hacen quienes están fuera de la dinámica del servicio. De manera que, sus parientes van a buscarlo para hacerse cargo de él. Es una locura servir hasta el extremo, es una locura compartir y trabajar por los necesitados, es una locura perderse a sí mismo para dar vida a los demás. Pero quizá hagan falta más locos, capaces de dejar a un lado sus propios intereses mezquinos, y entregarse alegres y generosos al servicio y al trabajo por aquellas personas excluidas y olvidadas de nuestro mundo.