Reflexiones Bíblicas
San Marcos 6,34-44
Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato. Como se había hecho tarde, sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Este es un lugar desierto, y ya es muy tarde. Despide a la gente, para que vaya a las poblaciones cercanas a comprar algo para comer". El respondió: "Denles de comer ustedes mismos". Ellos le dijeron: "Habría que comprar pan por valor de doscientos denarios para dar de comer a todos". Jesús preguntó: "¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a ver". Después de averiguarlo, dijeron: "Cinco panes y dos pescados". El les ordenó que hicieran sentar a todos en grupos, sobre la hierba verde, y la gente se sentó en grupos de cien y de cincuenta. Entonces él tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. También repartió los dos pescados entre la gente. Todos comieron hasta saciarse, y se recogieron doce canastas llenas de sobras de pan y de restos de pescado. Los que comieron eran cinco mil hombres.
Comentario del Evangelio por Ruperto de Deusto : “El Espíritu del Señor está sobre mí porque el Señor me ha ungido”
El óleo con que el Hijo de Dios fue ungido es el Espíritu Santo. Por eso se le llama “el Ungido, el Mesías, Cristo en griego”. La unción de los reyes, de los profetas y de los sacerdotes no era más que un signo, una réplica material de la unción del Mesías... La Iglesia recibió el Espíritu Santo en los patriarcas, los reyes y los profetas antes que fuera ungido el Santo de los santos, el Sumo Pontífice, Jesús, el Cristo, Hijo de Dios...
El sacerdocio antiguo, figura del sacerdocio definitivo, es consagrado por el óleo y la sangre, porque el Sumo Pontífice del Tabernáculo verdadero y auténtico (Hb 9,11ss) fue consagrado primero con Espíritu Santo y luego por su propia sangre.