Reflexiones Bíblicas

San Juan 1,47-51

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño." Natanael le contesta: "¿De qué me conoces?" Jesús le responde: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi." Natanael respondió: "Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel." Jesús le contestó: "¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores." Y añadió: "Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."

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La palabra ‘ángel’ significa en griego "mensajero", es decir, enviado; en hebreo la palabra ‘malak’ significa igualmente emisario. En la Biblia, las intervenciones directas de Yavé son presentadas como manifestaciones de ciertas figuras que representan los valores de Dios. Rafael interviene a favor de Tobit procurándole la medicina para la ceguera del anciano progenitor. Miguel aparece en la carta de Judas y en el Apocalipsis manifestando la habilidad de Dios para defender al pueblo de Dios y sus representantes. Gabriel manifiesta el vigor de Dios para llevar a feliz término los designios salvíficos.

Judíos, cristianos y musulmanes veneran, con especial fervor, estas tres manifestaciones de Dios. Para los cristianos, sin embargo, la figura de los ángeles evoca también la resurrección. Los hombres resplandecientes que custodian la entrada a la tumba, excavada en la roca, invitan a la comunidad a no buscar a Jesús entre los muertos sino en la actividad apostólica.

Para nosotros la representación de Dios por medio de figuras que sintetizan las características sobresalientes de su intervención salvífica, puede ser causa de desconcierto. Sin embargo, debemos tener en cuenta que cada época y cultura tiene una manera de presentar su propia experiencia de Dios. Las culturas orientales no sintetizan su experiencia en conceptos o abstracciones categoriales, sino que las representan por medio de figuras vivas portadoras de los más hondos significados. La fuerza de Dios, la capacidad de sanación, su intervención directa, reciben un nombre y unas características que le permiten al creyente figurarse la acción redentora del Señor.