Reflexiones Bíblicas
San
Juan 7,1-2.10.25-30

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las tiendas. Después que sus parientes se marcharon a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.

Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: "¿No es éste el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene." Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: "A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; a ése vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado." Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.

COMENTARIOS

San Agustín (354-430, obispo de Hipona (África del Norte)

"Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas. Los hermanos de Jesús le dijeron: No te quedes aquí en Judea para que tus discípulos de allí vean también las obras que haces… Jesús les dijo: Mi tiempo no ha llegado todavía, mientras que vuestro tiempo es siempre bueno para vosotros." (Jn 7,2-6)… Jesús responde de esta manera a los que le aconsejan que busque su gloria: "El tiempo de mi gloria no ha llegado todavía". Fijaos en la profundidad de este pensamiento: ellos le empujan a buscar la gloria, pero él quiere que la humillación preceda a la elevación; es a través de la humildad que quiere trazarse un camino hacia la gloria. Los discípulos que querían estar sentados uno a su derecha y el otro a su izquierda (Mc 10,37) buscaban también ellos la gloria humana: no veían sino el término del camino sin pararse a pensar en qué camino era el que conduce a ella. El Señor, pues, otra vez les ha llamado al verdadero camino, a fin de que lleguen a la patria por el camino adecuado. La patria es elevada, pero el camino es humilde. La patria es la vida de Cristo; el camino es la muerte. La patria es la morada de Cristo, el camino que conduce a ella es su Pasión…

Tengamos, pues, un corazón recto; el tiempo de nuestra gloria no ha llegado todavía. Escuchemos lo que dice a los que aman este mundo, como los hermanos del Señor: "Vuestro tiempo es siempre bueno para vosotros, el nuestro no ha llegado todavía" Atrevámonos también nosotros a decir lo mismo. Nosotros que somos el Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, que somos sus miembros, que con gozo le reconocemos como a nuestro jefe, repitamos estas palabras, puesto que es por nosotros que él se dignó decirlas el primero. Cuando los que aman el mundo insultan nuestra fe, digámosles: "Vuestro tiempo es siempre bueno para vosotros, el nuestro no ha llegado todavía". El apóstol Pablo nos dice, en efecto: "Estabais muertos, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios". ¿Cuándo vendrá nuestro tiempo? "Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria" (Col 3,3).

"Nuestra vida está escondida con Cristo en Dios". Durante el invierno podemos muy bien decir: este árbol está muerto; por ejemplo una higuera, un peral o cualquier otro árbol frutal; durante todo el invierno parece que no tiene vida. Pero el verano sirve para probar y permitir juzgar si realmente tiene o no vida. Nuestro tiempo de verano es la revelación de Cristo. Nuestro Dios vendrá a manifestarse, nuestro Dios no se callará.