Reflexiones Bíblicas
San Juan 1,29-34

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J 

 

 

Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: "Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel."

Y Juan dio testimonio diciendo: "He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios."

COMENTARIOS

Testimonio de Juan para toda época (sin oyentes determinados) acerca de Jesús. Centro (32): Jesús, el portador del Espíritu ( plenitud de vida y amor del Padre). Relación con el prólogo: 1,30 repite 1,15. A la luz de 1,14 (clave de éxodo), el Cordero de Dios alude al cordero pascual, cuya sangre liberó al pueblo israelita de la muerte y cuya carne fue su alimento. Se anuncia, pues, la muerte de Jesús y la nueva Pascua (fiesta) / éxodo (liberación).

Como paloma (32) alude a Gn 1,2: "el Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas". Termina de realizarse el proyecto creador: la comunicación plena del Espíritu a Jesús hace realidad al Hombre-Dios (1,1). Consagración mesiánica (10,36; cf. Is 11,1ss; 42,1; 61,1ss), origen divino de la persona y misión de Jesús (3,13; 6,42.50.51.58; cf. 1,18). La esfera del Espíritu se encuentra donde está Jesús (cf. 4,24). El Espíritu se identifica con la gloria, la plenitud de amor y lealtad (1,14); la misión de Jesús-Mesías consiste en comunicar a los hombres el Espíritu (33) o la gloria (17,22).

El pecado del mundo es la opción por una ideología (tiniebla) que frustra el proyecto creador, es decir, que suprime o reprime en los hombres la vida o la aspiración a ella, impidiendo la búsqueda de la plenitud en uno mismo o en los demás. Al dar la experiencia del Espíritu/vida, Jesús va a quitar el pecado del mundo, va a liberar al hombre de la sumisión a las ideologías de esclavitud. Tampoco yo sabía quién era (31.33), como Samuel no conocía a David (1 Sm 16,11); alusión mesianica.

El testimonio solemne de Juan (34) tendrá su paralelo en el del discípulo al pie de la cruz (19,35).