Reflexiones Bíblicas

San Juan 15,9-11

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J



Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto. 

Leer el comentario del Evangelio por : Beata Teresa de Calcuta (l910_l997) fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad 

"...para que vuestra alegría sea completa." (Jn 16,24)

"Dios ama al que da con alegría." (2 Cor 9,7) El mejor medio para manifestar nuestro agradecimiento a Dios y a los demás, es aceptar todo con alegría. Un corazón alegre es al mismo tiempo, como naturalmente, un corazón ardiente de amor. Los pobres se sentían atraídos por Jesús porque en él habitaba algo mayor que él, irradiaba esta fuerza a través de sus ojos, sus manos, en todo su cuerpo. Todo su ser manifestaba la entrega de sí mismo a Dios y a los humanos.

¡Que nada nos pueda preocupar de tal modo que nos llene de tristeza y de desánimo, que nos quite el gozo de la resurrección! La alegría no es una simple cuestión de temperamento cuando se trata de servir a Dios y a las almas. Siempre la podemos acoger. Esto es una razón más para intentar adquirirla y hacerla crecer en nuestros corazones. Incluso, si tenemos poco para compartir, siempre nos quedará la alegría que nace de un corazón enamorado de Dios.

Por todas partes del mundo, la gente está sedienta y hambrienta del amor de Dios. Nosotros respondemos a esta necesidad cuando sembramos la alegría. Es una de las mejores fortalezas contra la tentación. Jesús puede tomar plena posesión de un alma que se abandona en él con alegría.