Reflexiones Bíblicas

San Juan 3,13-17

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo. De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna. Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. 

Comentario al Evangelio por Marcel Bastin: Exaltación de la Santa Cruz

La cruz es gloriosa. Cruz erguida sobre el mundo. La antigua serpiente (Num 21,4_9) había tomado rostro de hombre, y Dios, descendiendo en su Hijo hasta el despojo total, levantó la cruz por encima de nuestras miserias. La mordedura de la muerte ha transfigurada en fuente de vida. La cruz es gloriosa porue, en lo sucesivo, el rostro del hombre sufriente resplandece con el amor de Dios.

De nosotros depende levantar en el desierto del mundo el signo de un futuro más fuerte que la muerte. No se trata de colocar crucifijos por todas partes; se tratade que nosotros estemos marcados por el amor de tal manera que todo hombre pueda reconocer el rostro de Cristo y la esperanza de curación. LOa muerte es vencida cada vez que el amor la impide reinar como dueña y señora.