Reflexiones Bíblicas

San Juan 16,23b-28

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Yo os aseguro, si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente. Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre."

COMENTARIOS

La relación de Jesús con el Padre es una relación de profundo amor y de plena confianza. Por eso Jesús pide al Padre con toda confianza porque sabe que El se lo concederá. Y Jesús, a su vez, está dispuesto a dar hasta su vida con tal de hacer la voluntad del Padre. Jesús pide la fuerza, la luz, la fortaleza en los momentos cruciales de su vida. Coloca su confianza en el Padre aún en el momento del patíbulo. A pesar de la tiniebla que le rodea no pierde la confianza en el Padre. Su misión es hacer la voluntad del Padre. Y siempre pide por los suyos, para que puedan perseverar en medio de las presiones ambientales y persecuciones sangrientas.

Jesús ama a sus discípulos. Durante la convivencia intensa han aprendido a conocerse mutuamente y a confiar a pesar de las debilidades y tentaciones que les acechan. Jesús es el puente, el canal del amor de Padre por sus discípulos. Por eso les invita para que pidan al Padre con toda confianza porque Él les ama como Jesús y el Padre se aman. 

Nuestras relaciones están marcado por el egoismo, el utilitarismo, la manipulación afectiva y la desconfianza. Establecer relaciones fraternas, solidarias y afectivas auténticas, diáfanas, generosas y serviciales es misión nuestra en medio de la anti-cultura del mercado deshumanizante. Devolver la confianza en nosotros, en nuestra familia, en nuestros grupos y organizaciones pastorales y populares hará resplandecer el amor del Padre. Aprender a pedir con humildad y dar con generosidad será una fuerza que transforma internamente nuestras relaciones comunitarias y sociales.