Reflexiones Bíblicas

San Lucas, 13,31-35

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel momento se acercaron unos fariseos, y le dijeron: "Anda, vete de aquí, porque Herodes quiere matarte". 

Y él les dijo: "Id y decid a ese zorro: Hoy y mañana seguiré echando demonios y haciendo curaciones, y pasado mañana terminaré. 

Por lo demás, seguiré mi camino hoy, mañana y pasado mañana, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén". 

"¡Jerusalén, Jerusalén!, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como una gallina a sus polluelos bajo las alas, y no has querido! 

Sabed que vuestra casa se queda abandonada. Y os digo que ya no me veréis hasta que llegue el momento en que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor". 


Comentario de Thierry Maertens

Lucas entiende la palabra consumar o acabar en dos sentidos diferentes y superpuestos: acabar su misión y consumirse él mismo. Con otras palabras: cumplir su misión mediante la misma muerte. 

Jesús, consciente de su fracaso, no ve otro final posible que su muerte, dejando en manos de Dios el cuidado de prolongar su misión con nuevos medios, y cumplirla así perfectamente.

Jesús piensa más allá de su muerte y que su misión podrá continuar después. Esta misión toma entonces la forma de una sustitución de "Aquel que viene" (Él mismo) al templo de Jerusalén como instrumento de reunión. Entonces quedarán abolidos los tabúes y prohibiciones que impiden que Jesús cumpla la suya y el Hijo del hombre podrá venir y realizar la voluntad de Dios.