Reflexiones Bíblicas

San Lucas 13,22-30

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J




comentario del Evangelio por Misa Romano: "Vendrán muchos de oriente y de occidente, del norte y del mediodía, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios" 

Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?". El respondió: "Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: 'Señor, ábrenos'. Y él les responderá: 'No sé de dónde son ustedes'. Entonces comenzarán a decir: 'Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas'. Pero él les dirá: 'No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!'. Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos". 

Misa Romano
Plegaria Eucarística para la Reconciliación nº 2, (traducido del francés)

"Vendrán muchos de oriente y de occidente, del norte y del mediodía, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios"


Padre bueno, tu Hijo nos dejó a tu Iglesia
esta prenda de su amor;
al celebrar, pues, aquí su muerte y resurrección
te presentamos estas ofrendas que vienen de ti,
el sacrificio que nos restablece en tu gracia;
acéptanos también a nosotros, con tu Hijo muy amado.
Concédenos en la participación d este banquete tu Espíritu Santo;
que haga desaparecer las causas de nuestras divisiones;
que nos establezca en una caridad mas grande,
en comunión con el Papa Juan-Pablo II,
nuestro obispo N, el colegio episcopal,
y todo tu pueblo santo.
Haz de tu Iglesia en este mundo,
el signo visible de la unidad, y la sirviente de la paz.
Y como tu nos has reunido aquí,
en la comunión de la bienaventurada Madre de Dios,
la Virgen María, y de todos los santos del cielo,
en torno a la mesa de tu Cristo,
dignate reunir un día a los hombres de todo país y de toda lengua,
de toda raza y de toda cultura,
en el banquete de tu Reino;
donde nosotros podamos celebrar
la unidad al fin cumplida
y la paz definitivamente adquirida
Por Jesús, el Cristo, nuestro Señor.