Reflexiones Bíblicas

San Lucas 7,11-17

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, cuando terminó Jesús de hablar a la gente, entró en Cafarnaún. Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, para rogarle que fuera a curar a su criado. Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: "Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga." Jesús se fue con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió unos amigos a decirle: "Señor, no te molestes; no soy yo quién para que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente. Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; y a mi criado: "Haz esto", y lo hace." Al oír esto, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo: "Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe." Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano. 

COMENTARIOS

En la primera de Timoteo, Pablo exhorta a los creyentes para que oren en todo momento. Les pide que tenga en cuenta en su oración a los gobernantes para que garanticen una vida apacible, una convivencia fraterna. La salvación anunciada e inaugurada por Jesús es para todos los pueblos sin excepción.

El episodio de la curación del súbdito del centurión pone el contraste entre la incredulidad de Israel y la aceptación del mensaje de Jesús por parte del mundo pagano. Lucas está señalando la entrada de los paganos en la Comunidad cristiana. El centurión acepta sin reservas la autoridad de Jesús. El centurión reconoce a Jesús como Señor de la vida. Jesús llama la atención sobre esta actitud. 

Hoy vivimos todo tipo de exclusiones, marginaciones, segregaciones, xenofobias hacia muchos hermanos en diferentes lugares del mundo. Como los Judíos de la época de Jesús, creemos que somos los únicos, que tenemos toda la verdad y que los demás está equivocados. 

Incluso, al interior de las denominaciones religiosas de todo corte existen fundamentalismos camuflados o descarados. Y los fundamentalismo suelen ser excluyentes, cerrados, sectarios. La mundialización ha planteado un gran desafío para todas las iglesias y sistemas religiosos: el pluralismo religioso. Aceptar que los otros también han encontrado la verdad porque han realizado una búsqueda sincera es abrirnos al diálogo interreligioso. Todos podemos enriquecernos con el patrimonio de los demás. 

De igual forma, en casa los padres pretenden formar bajo los mismos raseros a sus hijos, sin tener en cuenta que el mundo ha cambiado, que la ciencia ha evolucionado y los parámetros educativos exigen otras actitudes y valores.