Reflexiones Bíblicas

San Lucas 12,8-12

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir." 

COMENTARIOS

Diríamos que en este famnoso pasaje del evangelio Jesús anticipa lo que los teólogos latinoamericanos han llamado el «privilegio hermenéutico» de los pobres. ¿Qué es eso?

El conocimiento humano no es algo etéreo, suspendido en el vacío, en un lugar (o no lugar) inmune a las influencias del medio, ajeno a los intereses sociales y económicos. No. Conocer siempre es interpretar. Todo conocimiento humano que es elaborado en función de unos intereses, unas preguntas del sujeto. Por eso, todo lugar tiene su perspectiva de conocimiento. Hay lugares desde los que no se puede ver... la injusticia por ejemplo, mientras que hay lugares en que eso es precisamente lo que más resalta. 

Jesús participa de esta visión tan actual. Sabe que «difícilmente entrarán en el reino de Dios los ricos» (más difícilmente que un camello por el ojo de una aguja), y que, por el contrario, Dios ha revelado estas cosas a los sencillos, no a los letrados poderosos. Los pobres están en un «lugar social» desde el que pueden percibir mejor la buena noticia del Reino. Tienen un «privilegio hermenéutico», dicen los teólogos latinoamericanos. 

A nivel macro ocurre otro tanto: cuántas personas del primer mundo confiesan que sólo cuando han visitado –con corazón sensible- el Tercer Mundo, han entendido a fondo el problema capital de la existencia humana. Desde el mundo de la abundancia no tenían una perspectiva que les permitiera captar lo más importante. 

Jesús «exulta de alegría» cuando descubre eso, dice el evangelista. También a nosotros debe llenarnos de alegría que la visión de los pobres encuentre espacio en los medios de comunicación.