Reflexiones Bíblicas
San Lucas 14,1.7-11

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: "Cuando te conviden a una boda, no te sientes en puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el puesto a éste." Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido." 

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El prestigio era un bien muy apreciado en Israel. Tenía el mismo valor y categoría que la riqueza y el poder. La persona de buena reputación gozaba de una aceptación generalizada y era invitada a todos los eventos importantes.

Entre los líderes populares, los intelectuales, los eruditos y todos aquellos que no tenían poder político y ni riqueza, la única manera de alcanzar éxito era el camino del prestigio. Por eso, en las fiestas y en las comidas buscaban los primeros puestos, para hacerse notar entre los invitados. Esta conducta hacía que entre los aspirantes a ser Maestros de la Ley u hombres famosos se diera una feroz competencia.

Jesús exhorta a su comunidad de discípulos a que no se metan en ese juego, pues lo único que pondrían en evidencia sería la estrechez de su pensamiento. El honor del ser humano no está en el prestigiosino en el servicio permanente y desinteresado a los demás. Pues, la mayor «gloria de Dios es que el ser humano viva». 

Hoy muchos se afanan por "ser alguien en la vida", por ocupar algún lugar destacado que los anuncie como personas de éxito. Pero, muchas veces sin saberlo, caen en el juego de la competencia desleal y terminan siendo simples marionetas al servicio de un sistema inhumano que les arranca el sentido de la vida y los hace olvidar el verdadero cometido del ser humano en este mundo: vivir dando gloria al Dios de la Vida.