Reflexiones Bíblicas
San Lucas 13,31-35

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: "Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte." Él contestó: "Id a decirle a ese zorro: "Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término." Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos baja las alas! Pero no habéis querido. Vuestra casa se os quedará vacía. Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: "Bendito el que viene en nombre del Señor."" 

COMENTARIOS

Las amenazas contra Jesús se van haciendo progresivamente más evidentes en el camino hacia Jerusalén. Algunos de los fariseos, con la mejor intención, le advierten del peligro inminente: el profeta puede estar en peligro por causa de las maquinaciones de los poderosos (Herodes).

La respuesta de Jesús es un desafío a la intimidación. El sabe cuál es su suerte como profeta. Debe enfrentar desde la debilidad del ser humano, sólo y sencillo el inmenso poder de las autoridades que sostienen el orden vigente. Por eso, les repite a los partidarios de Herodes lo que ya Juan le había dicho: Esta dinastía de gobernantes es corrupta, injusta y explotadora. Y renglón seguido, anuncia que su obra proseguirá como ahora, pues no depende de los potentados sino de la voluntad de Dios. Cuando complete su obra, ésta llegará a su término y no cuando los poderosos le impongan límites.

Jesús no teme continuar su camino, pues sabe que su destino es enfrentar toda la abominación que se ha concentrado en Jerusalén alrededor del templo. Por esto, la profecía que lanza contra la capital religiosa y política de la nación ("Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas") es una consigna que señala el fin de su función centralista y nacionalista y la inauguración de una nuevo Pueblo de Dios, abierto y universal. Además, proclama que el antiguo templo "la casa" quedará vacía, pues el nuevo Israel trascenderá los estrechos límites de Israel y abarcará a todo el universo.