Reflexiones Bíblicas
San Lucas 8, 19-21

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él. Entonces lo avisaron: "Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte." Él les contestó: "Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra." 

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Los parientes de Jesús lo buscan pero no se atreven a entrar en el grupo de discípulos. Cuando Jesús se entera de que su familia lo requiere, no acude como hubiese sido lo normal, sino que responde con una frase que debió dejar perplejos a parientes y asistentes: «Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y lo ponen en práctica».

Esta frase bien se puede tomar como un rechazo radical a la parentela o bien como un cuestionamiento a los parientes. El rechazo consiste en ponerle en claro a la familia que los vínculos de sangre no son más importantes que el llamado de Dios. Los parientes deben abandonar toda pretensión de dominio y comprender que la comunidad de discípulos inaugura una Nueva Familia basada en la fraternidad, en la solidaridad y en la libertad.

El cuestionamiento se puede entender como un llamado a los parientes para que tomen el camino del discipulado. Jesús los exhorta a escuchar el mensaje de Dios y a ponerlo en practica. Los parientes, aunque fueran unos israelitas piadosos, seguramente no estaban a la altura de las exigencias de la Nueva Familia de Dios.

Hoy, no tenemos unos grupos familiares tan dominantes como en la antigüedad, sin embargo, la familia aún sigue siendo un lugar de dominación y manipulación. La comunidad cristiana crea un espacio de vida donde las familias pueden alcanzar su verdadera dimensión y llegar a ser las forjadoras de los Hombres y Mujeres Nuevos.