Reflexiones Bíblicas
San Lucas 12, 39-48

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Comprended que, si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre". Pedro preguntó: "Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?" El Señor le respondió: "¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo al llegar encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda al llegar", y empieza a pegarle a los mozos y a las muchachas, a comer y deber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere, y no está dispuesto a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá".

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El evangelio de hoy nos presenta dos parábolas cuyo sentido es el estar vigilantes haciendo lo que hay que hacer. En la primera, Dios, el hijo de Dios, es comparado con el ladrón que llega en el momento menos pensado, si la «víctima» o el dueño de casa supiera a qué horas llega, estaría preparado para no dejar horadar el muro. Pedro se siente interpelado y pregunta si la parábola vale sólo para la comunidad de los doce o también es para todos. Jesús no responde con un sí ni un no, responde con una nueva comparación sobre el siervo fiel y prudente al que su amo le ha confiado la administración temporal de sus bienes. Como sea, ambas parábolas son un llamado a todo el que ha puesto su pie en el camino de Jesús. Ser llamado a seguir a Jesús es ciertamente una gracia, pero también requiere todo un compromiso y sumo cuidado por parte del llamado. Jesús quiere prevenir a sus seguidores para que no pase con ellos lo que sucedió con el pueblo de la elección, el pueblo de Israel. Es que en cada parábola hay implícita una crítica, una denuncia de Jesús a los dirigentes de su pueblo, unas veces muy clara, otras veces más vedada, pero de algún modo cada una de ellas están para que el oyente saque la conclusión que tiene que sacar y evite caer en el mismo error que Jesús está denunciando