Reflexiones Bíblicas
San Lucas 17, 26-37

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían y se casaban, hasta el día que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos. Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos. Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre. Aquel día, si uno está en la azotea y tiene sus cosas en casa, que no baje por ellas; si uno está en el campo, que no vuelva. Acordaos de la mujer de Lot. El que pretenda guardarse su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará. Os digo esto: aquella noche estarán dos en una cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán, estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejaran; estarán dos en el campo: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán". Ellos le preguntaron: "¿Dónde, Señor?" El contestó: "Donde está el cadáver se reunirán los buitres". 

COMENTARIOS

En el fondo lo que Jesús quiere recalcar es que el reino ya está en medio de todos, pero hay que saber discernirlo e individuar cada uno de sus signos en medio de la cotidianidad ordinaria. Esto no lo logra todo el mundo, ni siquiera sus mismos discípulos que lo vienen siguiendo desde hace tiempos y que han tenido mayores oportunidades de distinguir con claridad esa presencia.

Muy pocos son los que logran darse cuenta que en su cotidiano vivir hay una presencia de reino que está invitando, que está actuando. Para que quede constancia de ello, para demostrar cuánta cerrazón, viene todavía otra pregunta: «¿Dónde ocurrirá eso, Señor?»; es necesario mantener ante todo una actitud de atención e insistencia en la oración.