Reflexiones Bíblicas
San Lucas 19, 1-10

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió en una higuera para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa". El bajó en seguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: "Ha entrado ha hospedarse en casa de un pecador". Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: "Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más". Jesús le contestó: "Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido".

COMENTARIO

Quería ver a Jesús y no sabía que sería precisamente él el "visto". Es atrapado, en vez de sr el atrapador.

En contra de lo que nos imaginamos, no somos nosotros los que buscamos a Dios; Él es el primero en buscarnos. No hemos sido hecho para amar a Dios, sino para que Dios pueda amarnos, es decir, invitarnos a compartir con Él en un intercambio gratuito. Somos buscados por alguien: ése es el secreto de nuestra fe y de nuestra felicidad: "Zaqueo, hoy me quedo yo en tu casa."