Reflexiones Bíblicas
San Lucas 21, 34-36

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J    

 

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre."

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El estar vigilantes implica según el evangelio de hoy no dejarse absorber por la cotidianidad misma, ya que en esta cotidianidad hay situaciones y hechos que pueden volver insensibles al creyente sobre todo en aquellas menos útiles para la vida como lo son los vicios y las borracheras (v.34). Quien es absorbido por estas cosas puede fácilmente ser sorprendido en «aquel día» y caer como en una trampa.

Las expresiones indican un estado real de la comunidad de Lucas. Tal vez en un primer momento se vivió la experiencia del evangelio con mucha intensidad dada la creencia de un «fin inminente» que para muchos era realidad; más cuando empezó a pasar el tiempo y el fin no llegaba la gente empezó a desentenderse de todo discurso evangélico y fueron cayendo de nuevo en una cotidianidad vacía y carente de horizontes. Se trataría más o menos de una etapa intermedia entre la segunda y tercera generación apostólica, que es a la que supuestamente pertenece Lucas. El evangelista anima a su comunidad para que no pierdan la esperanza ni el sentido de Jesús y por eso actualiza palabras y tradiciones sobre Jesús como esta: «estén preparados y atentos orando en todo tiempo» (v.36). Y esa debe ser la actitud del discípulo, mantenerse preparado y, como veíamos también ayer estar muy atentos a los signos de los tiempos, siempre hay una ocasión propicia para que pueda manifestarse el hijo del Hombre.