Reflexiones Bíblicas
San Lucas 22, 14-20

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

Cuando llegó la hora, se recostó Jesús a la mesa y los apóstoles con él; 15y les dijo:

-¡Cuánto he deseado cenar con vosotros esta Pascua antes de mi pasión! 16Porque os digo que no la comeré más hasta que tenga su cumplimiento en el reino de Dios.

Aceptando una copa pronunció una acción de gracias y dijo:

-Tomad, repartidla entre vosotros; porque os digo que desde ahora no beberé más del producto de la vid hasta que no llegue el reinado de Dios.

Y cogiendo un pan pronunció una acción de gracias, lo partió y se lo dio a ellos diciendo:

-Esto es mi cuerpo, [que se entrega por vosotros; haced lo mismo en memoria mía.

Después de cenar hizo igual con la copa diciendo:

- Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros.

COMENTARIOS

La decisión de Cristo de no beber el vino hasta que haya instituido el nuevo banquete en la Iglesia corresponde curiosamente al voto de abstinencia del nazireato judío. Este juramento, parecido al del Sal 132(131),3-5 y sobre todo, a Nm 6,1-6 y Dt 18,1 , significaba entonces un compromiso irrevocable (Cristo acepta deliberadamente su pasión), una consagración a la obra de Dios (Cristo se consagra totalmente hasta la muerte) y, sobre todo, una actitud de espera salvífica y de oración por la salvación del pueblo. Estas tres dimensiones se encuentran en la actitud de Cristo en la Cena y dan a la copa una verdadera significación sacrificial.

Afrontar la muerte está presente en el itinerario personal de Jesús, así como en sus enseñanzas. En efecto, su doctrina se resume en una sola ley: el amor fraterno sin fronteras. Ahora bien: todo aquél que ama con un amor así encuentra a la muerte sin cesar, y no puede superar este obstáculo, aun si está libre de pecado, por su fidelidad a su condición terrena de criatura. Amar a todos los hombres es aceptar vivir una vida que la muerte no puede perjudicar. Más todavía, es una vida a la que da acceso la aceptación de la muerte en obediencia a Dios. El camino de Cristo en este mundo es todo él un testimonio de la doctrina que predica: Jesús ha sido obediente a su condición terrena de criatura, hasta la muerte en cruz.