Reflexiones Bíblicas
San Lucas 10,13-16

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, dijo Jesús: "¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al ionfierno. Quien a vosotros os escucha a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado."

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Betsaida, ubicada a orillas del lago de Tiberíades, era un antiguo pueblo donde Jesús prodigó de modo especial su amor en palabras y hechos maravillosos. Muchos de los milagros narrados por el Evangelio tuvieron lugar precisamente en Betsaida y en las localidades cercanas de Cafarnaum y Corozaín. En Betsaida, según Lucas, realizó Jesús el prodigio de la multiplicación de los panes y los peces. De Betsaida eran tres de los doce apóstoles: Pedro, Andrés y Felipe.

Esta mención a Corozaín y Betsaida está enmarcada por la misión de los 72 que ayer recordábamos, es decir, por el envío de la totalidad de los evangelizadores de la naciente comunidad cristiana. Se señala la amarga frustración del Maestro ante la escasa respuesta de fe que ha encontrado a pesar de los milagros que se han obrado en los lugares de su mayor dedicación. El evangelista Lucas quiere destacar, precisamente, la gran dificultad de lograr una auténtica respuesta creyente de la gente que espera milagros para manifestar su fe.

Es que la respuesta de la fe no obedece a acciones prodigiosas, sino a la convicción serena y profunda del creyente que manifiesta su plena certeza sobre la acción de Dios en la historia por medio de los evangelizadores y los que trabajan por la paz.

Estos no deben desalentarse por la escasa respuesta a sus afanes. Porque hay quienes no reaccionarán "aunque alguien resucite de entre los muertos" (Lc 16,31).