Reflexiones Bíblicas
San Lucas 10,38-42

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señeor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano." Pero el Señor le contestó: "Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán."

COMENTARIOS

Las palabras de Jesús nos invitan a hacer un alto en nuestras frenéticas labores cotidianas para reflexionar sobre lo trascendental; para aprender sobre sus propias enseñanzas.

Jesús mismo nos orienta acerca de estar atentos a "las cosas mejores", a las únicas realmente importantes. ¿Cuántas veces nos dejamos imbuir por los quehaceres cotidianos, por los afanes del día a día? ¿Cuántas nos sumergimos bajo cerros de trabajo, de tareas importantes, sí, pero no sustanciales? ¿Cuántas veces privilegiamos atender lo urgente pero olvidamos lo realmente importante?

"Escuchar las enseñanzas de Jesús". ¿Qué podría tener mayor importancia que aprender de sus propios labios, ahondar en su significado, encontrarse entre los privilegiados que podían escucharlo directamente, entre aquellos que podían preguntarle por la correcta interpretación de las mismas?

Ciertamente si miramos a la ligera y fuera de contexto algunos actos, éstos nos pueden parecer injustos, como por ejemplo, parecería injusto el que María no ayude a Marta en las tareas cotidianas. Pero si miramos más allá del acto mismo y nos preguntamos por las razones que impulsan a María a sustraerse de los quehaceres domésticos, encontramos que no es por pereza, mezquindad o falta de solidaridad. Ella desea ocuparse en algo de importancia suprema, aprovechar una ocasión única.