Reflexiones Bíblicas
San Lucas 15,1-10

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: "Ése acoge a los pecadores y come con ellos." Jesús les dijo esta parábola: "Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido." Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles "¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido." Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta."

COMENTARIOS

Dios es extravagante. Dios lo deja todo para ir a buscar una oveja que no está seguro de encontrar. Dios se lastimará los pies, pero seguirá buscando; Jesús será coronado de espinas, pero seguirá proclamando el amor del Padre. De un hombre se dice que la pasión le ciega, cuando se ve arrastrado por un amor que le lleva a hacer gestos inesperados o imprudentes.
¿Quién puede hablar del Dios de Jesús sin decir que el amor le hace cometer locuras?
"Alegraos conmigo porque he hallado la oveja que se me había perdido".