Reflexiones Bíblicas
San Lucas 21,34-36

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre."

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El evangelio insiste en la proximidad de un nuevo tiempo y subraya en la actitud que han de tener los creyentes: "no se dejen aturdir con el vicio". La mayor resistencia al proyecto de Jesús se encuentra en corazones sobrecargados, distraídos por el libertinaje y la embriaguez, a los que se llega por una desmedida atención hacia sí mismo, que no permite ver las necesidades de quienes están alrededor, como sucedió con el rico Epulón (Lc 16,19-31).

Jesús pide dos actitudes concretas: "estén despiertos"; permanecer alertas, atentos, en actitud de discernimiento para descubrir en los acontecimientos la presencia y la voluntad de Dios. "Orando en todo tiempo" en actitud de escucha y meditación que permite releer la vida, releernos a nosotros mismos y comprender lo que nos acerca y nos aleja de su proyecto. ¿Todo esto para qué?

Para tener fuerzas ante los conflictos por los que pasará la irrupción del nuevo tiempo de Dios, que no dejará de encontrar resistencias y adversarios.

Para "poder presentarse seguros ante el Hijo del Hombre", con la satisfacción del deber cumplido, la humildad del buen siervo, la gallardía de quien no ha reservado su vida para sí, y que como Jesús ha atravesado con valentía y generosidad la senda estrecha de la cruz.