Reflexiones Bíblicas
San Lucas 11,29-32

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, Jesús vio a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme." Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Los fariseos y los escribas dijeron a sus discípulos, criticándolo: "¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?" Jesús les replicó: "No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan."

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Una nueva llamada; en esta ocasión se trata de un «recaudador de impuestos», el marginado por excelencia, excluido definitivamente de Israel. Este está «sentado al mostrador de los impuestos», la cátedra del poder y de los valores profanos. Jesús lo invita sin más a seguirlo (5,27). El, «abandonándolo todo, se levantó y empezó a seguirlo» (5,28), exactamente como habían hecho los discípulos israelitas.

A partir de ahora, el grupo de Jesús se presentará como un grupo compuesto: tres partes serán israelitas y una cuarta parte, no israelitas. Ahora se ve claro por qué ha evitado mencionar a Andrés: ha reservado su plaza para Leví. Su nombre es enteramente hebreo, y lo vincula literalmente a la tribu de Leví. Con todo, es un excomulgado por su conducta. Jesús lo integra en el grupo y con él marca los cuatro puntos cardinales del nuevo grupo.

Pero Leví no se contenta con el seguimiento: «Leví le ofreció un gran banquete en su casa, y había gran número de recaudadores y otra gente, que estaban recostados a la mesa con ellos» (5,29). Jesús y sus discípulos recién estrenados comparten la misma mesa con los hombres libres («recostados») y celebran conjuntamente el banquete del reino mesiánico.

De pronto aparecen en escena los fariseos y sus letrados. Estos ni siquiera han entrado en la casa ni comparten la mesa, ya que no comulgan con sus ideas ni quieren contaminarse. Constituyen el contrapunto de la escena. Empiezan a protestar, dirigiéndose a los discípulos israelitas, echándoles en cara: «¿Por qué razón coméis y bebéis con los recaudadores y descreídos?» (5,30). Con esta protesta intentan separar de Jesús a los discípulos. Aún los consideran miembros del Israel que ellos representan.

Jesús toma la palabra y expone su conducta, de la cual deriva la de los discípulos: «No sienten necesidad de médico los sanos, sino los que se encuentran mal. No he venido a llamar justos, sino pecadores, para que se arrepientan» (5,31-32). Lucas presenta por vez primera este dicho, que paulatinamente irá explicando, hasta darle la vuelta: los «sanos» y «justos» lo son en apariencia. Ellos mismos se tienen por tales; en el fondo son unos hipócritas. No hay nada que hacer con ellos, pues están convencidos de que no tienen necesidad de cambiar de conducta.