Reflexiones Bíblicas

San Lucas 11,37-41

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara, S.J

Comentario del Evangelio por Fenelón : "De la justicia farisea a la verdadera justicia de Jesucristo"

Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer. Pero el Señor le dijo: "¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.

El alma está infectada del amor propio, la cual se mancha siempre un poco por la vista de su virtud; ella coge siempre cualquier cosa para ella misma. Ella rinde gracias a Dios, pero ella se sabe mejor que otra persona a la cual le derraman los dones celestes. Esta manera de apropiarse de las gracias es muy sutil y muy imperceptible en ciertas almas que parecen justas y sencillas. Ellas no perciben por ellas mismas el plagio que son. Este plagio es por lo tanto mas malo, ya que es robar el bien mas puro, y que excita por consiguiente bastante los celos de Dios.

Estas almas no cesan de apropiarse de sus virtudes tanto que cuando ellas dejan de verlas todo les parece que se escapa. Entonces ellas gritan como San Pedro cuando se hundía en las aguas:”¡Salvanos Señor, que perecemos!” (Mt 8,25) Ellas ya no encuentran nada en ellas; toto falta. No hay nada mas en su fondo que motivo de condenación, de horror, de odio de sí mismo, de sacrificio y de abandono. En perdiendo así esta justicia farisaica, se entra en la verdadera justicia de Jesucristo, que no habrá de guardar y considerad como suya propia.