Reflexiones Bíblicas

San Lucas 12,13-21

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara, S.J



Comentario del Evangelio por J. Bossuet : “Insensato, esta misma noche vas a morir” 

Uno de la multitud le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia". Jesús le respondió: "Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?". Después les dijo: "Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas". Les dijo entonces una parábola: "Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: '¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha'. Después pensó: 'Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida'. Pero Dios le dijo: 'Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?'. Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios". 

“Insensato, esta misma noche vas a morir”


¿Qué es mi esencia, oh Dios grande? Me es dado nacer a la vida y a abandonarla bien pronto; Aparezco para mostrar mi presencia como todos los demás; luego, hay que desaparecer. Todo nos llama hacia la muerte: la naturaleza...nos declara y nos muestra a menudo que no puede por mucho tiempo dejarnos aquel poquito de sus materia que nos presta... Los niños que nacen...parece que nos empujan para decirnos: “Retiraos, ahora nos toca a nosotros...” ¡Que pequeño es el lugar que ocupamos en este mundo!

Jesucristo va a ver a Lázaro muerto (Jn 11), va a ver a la naturaleza humana que gime bajo el dominio de la muerte. Ah, esta visita no carece de razón: el arquitecto mismo viene en persona a reconocer aquello que falta a su edificio; tiene intención de reformarlo según el primer modelo: “A la imagen de su creador” (Col 3,10)

¡Oh alma, llena de pecado, temes con razón la inmortalidad que haría eterna tu muerte! Pero, mira a Jesucristo en persona, “la resurrección y la vida” (Jn 11,25) quien cree en él no morirá; quien cree en él vive ya una vida espiritual, interior, viviente por la gracia que trae consigo la vida de la gloria. – ¡Pero el cuerpo sigue estando sujeto a la muerte! ¡Oh alma, consuélate: si este divino arquitecto que quiere restaurar tu casa, deja desmoronarse una tras otra las piedras del viejo edificio de tu cuerpo, es porque quiere restablecerlo mucho mejor, lo quiere reconstruir en un orden superior: el cuerpo entrará por poco tiempo en el reino de la muerte, pero sólo quedará en poder de la muerte lo que es mortal.... Como un viejo edificio ruinoso que se abandona para reedificarlo de nuevo con una construcción mucho mejor y más bella, así Dios deja derrumbarse esta carne débil por el pecado y las pasiones, para luego rehacerla a su modo y según el primer diseño de su creación.