Reflexiones Bíblicas

San Lucas 9,46-50

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

Entonces se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo, les dijo: "El que recibe a este niño en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ese es el más grande". Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros". Pero Jesús le dijo: "No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes". 

Leer el comentario del Evangelio por : Mélange (Oeuvres, IX, pag. 328_331) 

"Aquel que no está contra nosotros está a favor nuestro" (Mc 9,40)

Todo aquel que ama a Dios es miembro vivo de la Iglesia, esté donde esté, bajo el cielo que esté y en el tiempo que viva...La Iglesia no es sólo la que vemos nosotros. No es sólo la construcción visible con su historia, su autenticidad, su jerarquía, sus virtudes y prodigios deslumbrantes. La Iglesia también está en la penumbra, en las sombras escondidas, en aquello que nadie recuerda ni tiene figura memorable; está en las santidades perdidas a los ojos humanos, pero patentes a los ojos de los ángeles...

Por todas partes donde esté presente el amor de Dios se encuentra Jesucristo. Allí donde está Jesús está la Iglesia. Y si bien es verdad que todo cristiano tiene que estar unido a la Iglesia, desde el momento que sabe de su existencia, es también cierto que la ignorancia invencible no le obliga a ello, ya que Jesucristo mismo lo gobernará sin intermediarios, él que es la cabeza y el único Maestro de los cristianos. La Iglesia se extiende, pues, hasta límites que ninguna mirada humana puede abarcar y los que nos reprochan la estrechez de la Iglesia, según su mirada, no tienen idea de la doble irradiación que existe en su naturaleza y que atrae las almas hacia si desde la salida del sol hasta su ocaso.